Rafa Benítez, en la cuerda floja tras un nuevo fracaso

N. Gaudichet

DEPORTES

15 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El Liverpool y especialmente su entrenador, Rafael Benítez, afrontan con gran incertidumbre sus próximos pasos, tras su eliminación el miércoles ante el Reading, de Segunda División, en la tercera ronda de la Copa inglesa de fútbol, que ha agravado aún más su crisis.

El idilio entre el histórico club de Anfield y el técnico español parece ya irreparable, y deja atrás el recuerdo del milagro de Estambul del 2005, cuando el equipo conquistó la Liga de Campeones con una gran remontada en la final ante el equipo del Milan.

Benítez, salvado del despido por las manifestaciones de hinchas a finales del 2008, podría pagar ese desamor, después de la prematura eliminación en la Liga de Campeones, en las dos Copas nacionales y su errática marcha en la Premier League, donde son séptimos.

El irlandés Ronnie Whelan, ex capitán del club y con experiencia como entrenador, se mostró crítico tras el doloroso revés en casa ante el Reading. «Él [Benítez] tenía que haberse ido hace mucho tiempo. Tienen que hacerlo (despedirle) ahora», añadió. La indemnización por la destitución podría hacer dudar a los propietarios de un club castigado por las deudas, pero los hinchas del equipo parecen tener ya claro quién podría ser el sucesor idóneo: la leyenda Kenny Dalglish.

La cadena oficial del Liverpool ya no censura las críticas. Otro ex jugador, Jason McAteer, dedicó duras palabras por una actuación «miserable» por parte de un equipo «que no cree en nada». Hasta el propio técnico español parece haber cambiado su discurso, y tras asegurar que conseguirían una de las cuatro primeras posiciones de la Premier, ha reconocido que la situación es «muy mala». «Es mejor que no os diga qué no me ha gustado de lo que he visto», apuntó, mostrándose decepcionado por el juego de sus muchachos.

El futuro próximo, que comienza con un duelo ante el incómodo Stoke, parece poco esperanzador.

Después de estar regularmente de baja, las dos estrellas del equipo, el español Fernando Torres y el capitán Steven Gerrard se retiraron lesionados, y serán baja durante varios partidos. «Sin ellos, ¿quién es capaz de traer la magia? ¿Quién tiene cualidades para ser un líder?», se preguntó McAteer.

Más allá de Fernando Torres y Gerrard, culpan a Benítez, gran impulsor de la política de contrataciones de los últimos años, que el Liverpool esté formado por jugadores de nivel medio y de no haber sabido acertar, tras gastar más de 70 millones de euros. Por el momento, las esperanzas se centran en una nueva cara: el argentino Maxi Rodríguez, procedente del Atlético de Madrid.