El penúltimo paso hacia la élite de un admirador de Tristán

La Voz

DEPORTES

09 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Hugo García es un obseso del gol. No en vano lleva marcándolos casi desde que comenzó a jugar al fútbol en Ourense y despuntó en las filas del Pabellón. Su acierto ante la portería rival le llevó con 15 años al Real Madrid, que lo despidió al verano siguiente «por no sentir los colores». Allí compartió residencia con algunas de las actuales estrellas jóvenes de la Liga, como Mata o Parejo. «Ya se veía que iban a ser dos fuera de serie», señala. El gallego marcó 26 goles y daba por seguro que iba a seguir, pero Alberto Giráldez, entonces responsable de la cantera, lo llamó a su despacho y le dijo que se tenía que marchar cedido al Valladolid. «Comenzó a explicarme: ''Marcaste tres goles en un partido, dos en otro, uno en otro, en otro tres... No sientes los colores de este club''. Y yo flipaba y llegué a pensar que me estaban haciendo una broma de cámara oculta».

En la capital castellana, en cambio, solo pasó unos meses. «Me fui obligado, yo allí no quería estar, así que llegué el primer día y pedí la carta de libertad, que si no, no jugaba, me entrenaba, pero no jugaba. Y al año siguiente fiché por el Dépor», recuerda.

Admirador de Diego Tristán, de quien tiene varios pósteres en la habitación, se define como un matador del área. «Mi clásica jugada es el remate en el área. Me gusta recibir de espaldas, girarme y disparar, así he marcado muchos», explica. De apariencia tímida dentro y fuera del campo (algunos le achacan un exceso de frialdad) esta temporada lleva cinco goles con el Fabril en Tercera, no muy lejos de los siete que lleva el mediapunta canario Luis Ángel.

Tanto Rochela como Hugo García firmaron en el 2008 sus primeros contratos con el Deportivo. Mientras el central se comprometió hasta el 2013, la vinculación del delantero fue por tres temporadas y finaliza en junio del 2011.