Una deuda de 800.000 euros acaba con el Mouscron, de la Primera belga

DEPORTES

Cinco españoles, entre ellos el gallego Jonathan Aspas, en paro tras la quiebra del 10º clasificado de la Jupiler League

30 dic 2009 . Actualizado a las 02:19 h.

Estaba cantado. Tanto, que el gallego Jonathan Aspas (Moaña, 1982) ya hacía planes para su huida del Mouscron belga en el mercado invernal harto de sufrir las deudas del club. Ahora se recupera en Galicia de una grave lesión de rodilla que le tendrá ausente seis meses. En cualquier caso, no le hubiese dado tiempo a evitar enredarse en el colapso económico del Mouscron, ya que ayer la Asociación Belga de Fútbol decidió excluir al club de la Jupiler Pro League por haber sido incapaz de hacer frente a una deuda de 800.000 euros. Resultado: Aspas y cuatro españoles más (José Antonio Salcedo, Carlos Moreno, Manuel Micó y Alejandro Cortell) estarán en el paro desde la entrada del nuevo año.

Los propios futbolistas aseguraban no recordar un caso similar, en el que un club de elite de una Liga europea de nivel medio-alto fuese expulsado en mitad de la temporada debido a sus problemas económicos. El caso del Mouscron podría sentar un precedente en plena lucha del presidente de la UEFA, Michel Platini, contra lo que él llama dopaje financiero de los clubes de fútbol.

El Mouscron era el décimo clasificado de la Jupiler Pro League pero debido a sus impagos, sus futbolistas se habían declarado en huelga reclamando sus salarios, y se habían negado a jugar los partidos contra el Lokeren, el Círculo de Brujas y el kortrijk. Tres incomparecencias que le han costado el descenso a Tercera División y su más que posible desaparición.

A bombo y platillo se anunció este verano la nueva etapa del Royal Excelsior Mouscron de Valonia, un club con ochenta y siete años de historia, de la mano de un empresario español cuya identidad nunca trascendió y que ahora se sospecha, nunca estuvo detrás del club belga. Con este reclamo, el último finalista de la Copa belga fichó para su organigrama técnico y directivo a Djukic (entrenador), Amedeo Carboni y Juan Sánchez (encargados de planificar la plantilla). Los ex valencianistas se llevaron tres canteranos chés. Además, se sumó Salcedo y Jonathan Aspas. El guardameta gallego Dani Mallo, ahora en el Girona, declinó la oferta.

Menos de cuatro meses después, una deuda de 800.000 euros fue la puntilla para un club incapaz de encontrar un comprador a pesar de estar intervenido desde hace tiempo. Hace días que la plantilla dijo basta y decidió abandonar el equipo a su suerte. Los posibles compradores hicieron lo mismo.