«Tendrá el recibimiento que se merece en un caso como el de él, en el que el culpable es el técnico», dice Guardiola
24 nov 2009 . Actualizado a las 11:15 h.La salida del Barça de Samuel Eto'o es de las pocas cosas que se le pueden discutir a Pep Guardiola en su extraordinaria y exitosa gestión de la primera plantilla azulgrana. No solo despidió al delantero decisivo en dos finales de la Champions pese a quedarle un año de contrato, sino que tampoco acertó con las formas: no hubo una reunión cara a cara con el camerunés para explicarle los motivos y la cuestión de feeling que alegó en una tardía rueda de prensa no convenció a nadie.
«¿ Feeling ? ¿Para qué necesitaba feeling conmigo? ¡Ni que yo fuera Penélope Cruz! No se puede disfrazar con palabras lo que uno no se atreve a decir», comentó a TVE el ahora 9 del Inter, que nunca entendió el doble sentido del lenguaje y que vuelve al Camp Nou dispuesto a echar de la Liga de Campeones a su ex equipo; algo que podría ocurrir si el Inter vence hoy (20.45 horas, TVE ).
Lo que viva con la grada será emotivo. Pero se sintió maltratado por Joan Laporta, Txiki Begiristain y Pep Guardiola. Y Eto'o es de los que no olvidan. Florentino Pérez lo sabe bien. Engendró un monstruo cuando no lo quiso repescar para el Madrid y el león indomable se vengó una y otra vez, extramotivándose ante el club blanco, casi siempre con puntería. Le encanta la presión ambiental.
«Eto'o tendrá el recibimiento que se merece. ¡Y se merece tanto! Y más en un caso como este en el que el culpable es el entrenador y no el jugador. Tenemos una gran afición y lo demostrará», comentó Guardiola con un punto de ironía. Más político, cómo no, fue Laporta: «Deseo que sea recibido con una ovación porque se lo merece. Ha estado cinco años con nosotros y ha sido determinante en los títulos y en nuestro estilo. Me emocionaré si el público le ovaciona. Viene en un partido que nos jugamos mucho pero cuando salga se le ovacionará y yo mismo lo haré».
Solo vale ganar
Eto'o acaparará el lado emotivo del encuentro, pero para el deportivo hay montones de alicientes imposibles de describir con palabras. Al Barça solo le vale ganar para depender de sí mismo en la última jornada en Kiev. Solo sumó un punto de seis ante el Rubin y lo paga con estas urgencias ante un Inter al que perdonó en la primera jornada (0-0 en Milán) cuando todavía no estaba compenetrado. Ahora las cosas son distintas. Jose Mourinho, odiado en el Camp Nou por sus teatrales actuaciones al frente del Chelsea, ya ha encajado las piezas en una temporada con abundantes cambios en la plantilla y domina el campeonato italiano con cinco puntos de ventaja sobre la Juventus. Otro ex del Barça, Thiago Motta, es fundamental en el centro del campo. Acusado de llevar una vida alegre como azulgrana, también tiene motivos para buscar vendetta .
Esta final le llega al Barça en el momento más inoportuno. Superado por el Madrid en la clasificación de Primera a cinco días del clásico en el Camp Nou y, lo más importante, con Messi e Ibrahimovic entre algodones, intentando recuperarse con prisas de sus respectivos problemas. Sí son baja segura los dos afectados por la gripe A, Touré y Abidal, mientras que Márquez, que solo tiene la gripe común, podría recuperarse a tiempo. En definitiva, en cuadro en la semana decisiva.
Alineaciones probables:
Barça:
Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Maxwell; Xavi, Busquets, Keita; Messi o Pedro, Ibrahimovic o Henry e Iniesta. Inter: Julio César; Maicon, Lucio, Samuel, Zanetti; Stankovic, Motta, Cambiasso; Sneijder; Eto'o y Diego Milito.