Fiesta española en el cierre del Mundial

Juan Antonio Lladós

DEPORTES

09 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La última jornada del Mundial se convirtió en una fiesta exclusivamente española. Celebrado en el circuito Ricardo Tormo de Valencia, el himno español sonó en las tres ceremonias de podio merced a las victorias de Dani Pedrosa, Héctor Barberá y Julián Simón.

A su victorias hubo que sumar el tercer peldaño del podio de Pol Espargaró en los 125c.c., el segundo de Álvaro Bautista en 250c.c. o la tercera plaza de Jorge Lorenzo en MotoGP, que confirma así el subcampeonato en la máxima cilindrada. El triplete hispano no ocurría desde el Gran Premio de Inglaterra del 2006.

Dani Pedrosa puso la guinda en la carrera en la que Casey Stoner cometió un grave error. El australiano dominó todos los entrenamientos con mano de hierro y todo hacía presagiar una victoria sin paliativos, pero se cayó en la vuelta de calentamiento previa a la carrera y de lo que pudo ser su dominio insultante este rol pasó a Dani Pedrosa. El piloto de Honda, auténtico especialista en hacer salidas, no falló en ese momento, sabedor de que a su derecha no había nadie y tiró con fuerza. Ahí se acabó la carrera.

Pedrosa logró una ventaja suficiente para adjudicarse su segunda victoria de la temporada y el italiano Valentino Rossi y el español Jorge Lorenzo, los pilotos oficiales de Yamaha, se tuvieron que conformar con acompañarle en el podio.

No exenta de sorpresas estuvo igualmente la prueba del cuarto de litro, en la que el japonés Hiroshi Aoyama (Honda) y el italiano Marco Simoncelli (Gilera) se jugaban el título mundial y éste acabó recayendo en el nipón. Simoncelli comenzó a tirar con fuerza para intentar escaparse y Aoyama intentó seguirlo, pero cometió un error que le hizo salirse de pista al final de la recta de meta, si bien evitó la caída y pudo continuar.

Error de Simoncelli

Entró undécimo y remontó hasta la séptima plaza, pero el resultado ya era lo de menos pues la obsesión por vencer le hizo cometer a Simoncelli su enésimo error y lo pagó con una caída sin solución de continuidad que le dejó en bandeja la victoria a Héctor Barberá, el único que le pudo seguir.

Julián Simón fue el primero del día en proporcionar una alegría a la afluencia española de Cheste. Superó en una intensa lucha hasta el último metro, como ya ha sucedido en las anteriores carreras, a su propio compañero de escudería, el británico Bradley Smith (Aprilia), que comenzó la carrera muy nervioso.