Nano sigue la estela de Julio Álvarez y resucita para el fútbol a base de golazos con el Numancia

DEPORTES

27 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Después de la segunda resurrección de Julio Álvarez, (ahora en el Mallorca, pero la primera fue precisamente en el Numancia) este fin de semana el balompié gallego asistió a otra recuperación milagrosa para el fútbol de élite, también obrada en Soria y a base de golazos. Se trata de la del coruñés Nano, que esta jornada anotó un derechazo que se coló por la escuadra del guardameta del Salamanca, Biel Rivas y, de paso, salvó los muebles en un partido que su equipo tenía perdido. Al final 1-1, y un gallego en la cima del fútbol soriano.

A sus 27 años, está aprovechando la oportunidad que le ha dado el Numancia (sexto clasificado de la Segunda División) para recuperar su prestigio y se ha hecho dueño de la titularidad en la banda izquierda del equipo castellano.

Nano recogió el guante lanzado desde Los Pajaritos después de una temporada apañada en el Racing de Ferrol. «Quiero volver a sentirme futbolista», dijo entonces. Ahora, ha recuperado la cualidad que la ha hecho sobresalir desde sus inicios en el fútbol con la camiseta del Ural: el exquisito trato al balón.

A pesar de que Gonzalo Arconada le ha exigido sacrificio e incluso lo ha llegado a situar como lateral izquierdo (debido a las lesiones de Mikel Balenziaga, único en el vestuario en su posición), Nano supo adaptarse al equipo sin dilación y cuenta sus partidos por titularidades.

El coruñés se planteó el objetivo del ascenso antes del inicio de la temporada, pero en realidad sus actuaciones se han convertido en una de los pocos aspectos salvables de la trayectoria reciente del Numancia de Gonzalo Arconada, entrenador que había generado muchas expectativas en su anterior etapa.

Nano, que recordará este tanto como «uno de los mejores de su carrera, a pesar de haberlo anotado con la pierna mala», se congratula por la fortuna que está teniendo con las lesiones, algo que siempre se ha echado en cara al hacer balance de su etapa en el Getafe.

El coruñés ha vivido de todo con un balón en los pies. El Barcelona se fijó en él cuando era un quinceañero le dio una habitación en La Masía. El holandés Louis Van Gaal lo hizo debutar en el primer equipo en 1999. Pasó después dos años en el Atlético de Madrid (época en la que se consideraba todavía un futbolista inexperto, a pesar de lo que jugó 28 partidos y celebró cinco goles hasta que Ferrando se cruzase en su carrera), antes de fichar por el Getafe, donde no gozó de continuidad por razones médicas.

Las últimas temporadas de Nano en el fútbol profesional están plagadas de luces y sombras. Abandonó Madrid para mudarse a Cádiz, donde la grada llegó a abuchear a aquel jugador que en su momento pretendió el Arsenal. Sin equipo, se entrenó con el Fabril mientras esperaba. Apareció el Racing, última parada antes de la resurrección.