El caso Semenya está uniendo en Sudáfrica a negros y blancos como pocas veces sucedió antes, mientras la imagen de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) sigue cayendo en picado.
«Llamamos a todos los sudafricanos, más allá de su sexo y su raza, a concentrarse mañana en el Aeropuerto Internacional de Tambo (Johannesburgo) para apoyar a Semenya y a todo el equipo», dijo ayer el líder de la rama juvenil del Congreso Nacional Africano (ANC), Julius Malema.
Ganadora de la medalla de oro en los 800 metros de los Mundiales de atletismo en Berlín, Caster Semenya se vio en el medio de una controversia al anunciar la IAAF que había sido sometida a una prueba para confirmar su sexo. Semenya, de 18 años, ganó con la mejor marca del año y más de dos segundos de ventaja sobre la medallista de plata. Su musculatura y voz grave llamaron la atención.
Protestas en el país
Tras recibir a Semenya, se prevé que se organicen protestas en todo el país. Muchos sudafricanos creen que se violó la dignidad de la mujer africana en general, y de Semenya en particular.
La Federación de Deportistas Africanos (CAA) exigió a la IAAF una disculpa, según publicó ayer The Sowetan , que titula «África unida tras Caster».
Sudáfrica tuvo hasta ahora escasos atletas que ganaran medallas en la era pos-apartheid, por lo que lo sucedido con Semenya se potencia en su repercusión.
Y aunque la propia Semenya se mantuvo en calma, según gente cercana a ella, el presidente de la Federación Sudafricana de Atletismo, Leonard Chuene, cree que lo sucedido dejó huella: «Va a necesitar un tratamiento y tendrá que ir al psicólogo».
Su caso ha revolucionado por completo al mundo del atletismo, hasta el punto que tras el mito Usain Bolt la sudafricana ha sido con diferencia la mujer del mundial, desplazando del segundo lugar a Bekele pese a su doblete.
Caster Semenya se impuso en la prueba de los 800 metros con una portentosa exhibición. En la última temporada sus marcas han asombrado.