La hora de la verdad para Pau Gasol

José M. Fernández

DEPORTES

04 jun 2009 . Actualizado a las 20:07 h.

Los Lakers y Pau Gasol regresan a su gran cita. Once meses y un centenar de partidos oficiales después de caer con estrépito en el Banknorth Garden de Boston en el último partido de la final del 2007-2008 (131-92) afrontan a partir de la próxima madrugada ( 3 horas, Digital Plus ) el asalto al título de la NBA. El español persigue su primer anillo; Kobe Bryant, el cuarto, pero el primero sin O'Neal. Una cita cantada para los Lakers, pero inesperada para los Magic de Orlando, el invitado sorpresa a una fiesta a la que se presenta con los galones de haber apeado a los campeones (Boston) y a los Cleveland de LeBron James.

El dúo más letal de la NBA (Kobe-Gasol) frente a Dwight Howard, el pívot más poderoso del mundo, el s upermán de 23 años del que Kobe dice que es el jugador más fuerte al que se ha enfrentado. El indiscutible favorito contra un sorprendente rival que, catorce años después, regresa a una final. Entonces, Orlando llegó de la mano de dos pipiolos (Penny Hardaway y Shaquille O'Neal) que amenazaban con poner patas arriba la NBA; cayeron con estrépito (4-0 para Houston). Han vuelto, con menos ruido pero con más solidez.

Un mal asunto para la maquinaria publicitaria de la NBA. Con Boston en la final, la cita remitiría a la tradicional rivalidad y a la revancha tras lo sucedido el año pasado; con Cleveland, el duelo entre Kobe y LeBron James alimentaría una inmensa maquinaria publicitaria. Con los Magic, baja la temperatura, pero los Lakers no deben de confiarse frente a un rival al que no han ganado esta temporada: 103-109 en el Stapless Center y 106-103 en Orlando.

De no ser por la irregularidad de unos Lakers que han ofrecido dos caras opuestas durante los play off , Pau Gasol se enfundaría su primer anillo, pero las dudas aparecen ante la aparente indolencia durante muchos minutos o la desaparición de la segunda línea en algunos partidos.

Solo el equipo de Los Ángeles cuenta con un dúo exterior-interior capaz de promediar 50 puntos, 16 rebotes y 8 asistencias por encuentro. Para Kobe, el problema reside en sortear una defensa en las que se las verá con tres jugadores distintos; es decir, nada nuevo en la carrera del jugador con más talento de la NBA. Para Gasol, el asunto es totalmente diferente; emparejarse con Howard durante muchos minutos supondría un desgaste excesivo para el español; por eso es más necesaria que nunca la aportación de Bynum (discreto en los play off ) y de un Lamar Odom que debe sacar provecho de los sobremarcajes a un Gasol que quiere convertirse en el primer español en conseguir un anillo.

El potencial de los Magic no remite únicamente al poderío de Howard. Solo con esa referencia no hubieran eliminado a los Celtics ni mucho menos a LeBron y sus amigos. De la mano del duro Stan Van Gundy practican un baloncesto rápido, anotan más triples que nadie (12 por partido) y, eso sí, tienen a Howard, uno de los pocos jugadores en el mundo capaz de superar con asiduidad 20 puntos y otros tantos rebotes por partido.

Orlando podría recuperar, al menos para jugar algunos minutos, a Jameer Nelson, lesionado durante la segunda parte de la Liga, aunque ha encontrado en Rafael Alston, una leyenda de los playgrounds , el dinamizador de un grupo de guerreros capaces de desarrollar una química especial sobre una cancha. Howard es la incontestable referencia, el jugador al que la práctica diaria de 300 tiros libres le ha hecho mejorar en una faceta que amenazaba con lastrar su carrera. Sus dos grandes apoyos son el turco Turkoglu, un todoterreno capaz de jugar de base, y Rashard Lewis, un ala-pívot letal en el lanzamiento de tres. El resto, compañía para dosificar a las estrellas: el francés Pietrus, una lapa defensiva, o el fornido polaco Gortat, encargado de dar descanso a Dwight Howard, un supermán capaz de frustrar el sueño de Pau Gasol.