Después de que medio mundo asegurara que solo una oferta de última hora del Chelsea había impedido el fichaje de Kaká por el Real Madrid, el club londinense lanzó ayer un escueto comunicado en el que negaba rotundamente haber intentado hacerse con el pase del jugador, a través del club o de su representante.
Desde Stamford Bridge se apostilla que el club que preside Roman Abramóvich no ha formulado a ningún futbolista una oferta «del extraordinario nivel» que se especulaba en el caso del atacante brasileño (por encima de los nueve millones de euros limpios por temporada que le pagaría el Real Madrid).
Tras aparecer este comunicado, todo hacía pensar que el futuro de Kaká estaba definitivamente ligado al club blanco, pero aún no había intervenido la tercera parte implicada en el fichaje. El jefe del Gobierno italiano y propietario del Milan, Silvio Berlusconi, aseguró ayer que «todavía no hay ninguna decisión» sobre el traspaso del brasileño y que hablará el lunes con el jugador.
El dirigente, sin embargo, no descartó la marcha del astro, que ya estuvo cerca de firmar por el Manchester City en enero. «Son siempre los jugadores los que deciden su futuro, los que deben elegir cómo continuar su carrera para conseguir un patrimonio», subrayó el primer ministro italiano.
«Recordad a [Andrei] Shevchenko, tenía excelentes relaciones con él, fui el padrino de uno de sus hijos[...] Pero cuando llegó la oferta [del Chelsea], hice lo que pude, pero al final fue él quien decidió», apuntó. El ucraniano Shevchenko abandonó el Milan en 2006 con destino al Chelsea inglés, por 45 millones de euros.
Al ser preguntado sobre un posible sustituto de Kaká si finalmente se va, Berlusconi recordó el nivel de los jugadores del equipo. «Tenemos ya a Ronaldinho, que no ha jugado mucho esta temporada, y a organizadores del juego como [Andrea] Pirlo y [Clarence] Seedorf. Esperaba que [Yoann] Gourcuff volviese, pero ha preferido quedarse en su equipo francés [el Burdeos]», añadió.
Manifestación de los fans
La posible salida de la estrella milanista provocó que una treintena de hinchas protestaran ante la sede del club, en la capital lombarda.
Los manifestantes gritaron consignas contra el vicepresidente y consejero delegado del club, Adriano Galliani, al que animaron a vender «a su hijo», en referencia a lo que para los hinchas significa Kaká.