Toni Nadal dice tras los abucheos al número uno ante Soderling que «el público parisino es bastante estúpido»

P. A. L.

DEPORTES

02 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

De repente, la pista central de Roland Garros aclamaba a Soderling, un tipo altivo, seco, sin apenas amigos en el circuito. «¡Robin, Robin!», retumbaba en las gradas de la Philippe Chatrier en apoyo del número 25 del mundo. ¿El motivo? Su rival, Rafa Nadal, estaba a punto de perder el primer partido de su vida en el torneo, después de cuatro títulos seguidos. El desapego de la afición local hacia el español no era nuevo, pese a sus cuatro títulos y haber declarado París como su ciudad preferida en varias ocasiones.

«El público parisino es bastante estúpido», considera el tío y entrenador del número uno mundial, Toni Nadal. Cree que al otro lado de los Pirineos escuecen los éxitos de los españoles. «A los franceses les molesta el triunfo de un español. Cuando está entrenando, es uno de los jugadores que concitan más expectación, pero cuando juega, lo que quieren es que pierda», explicó ayer en la radio.

Hegemonía española

El último triunfo francés en Roland Garros llegó en 1983, con Yannick Noah, mientras que los españoles suman nueve títulos en los últimos 16 años, con Sergi Bruguera, Carlos Moyá, Albert Costa, Juan Carlos Ferrero, Nadal y Arantxa Sánchez Vicario. «Basar la felicidad en la derrota de otro me parece una mala filosofía», añadió el entrenador del número uno sobre el júbilo con que parte del público celebraba incluso sus errores.

Roland Garros es una excepción. Al margen de su tenis espectacular y de su combatividad en la pista, Nadal se ha labrado con solo 22 años una imagen de gran caballero. Después de ganar una final espectacular en Australia, respetó el duelo de Roger Federer, envuelto en lágrimas, y celebró con insólita contención su triunfo. Pero en Roland Garros nunca gozó de grandes simpatías, donde el público «nunca tuvo un detalle», como dijo él mismo el domingo. Primero hubo cierto recelo porque no hablaba francés, y después porque sus palabras durante el discurso que siguió a su triunfo del 2007 frente a Federer fueron mal traducidas, generando una falsa imagen de tipo arrogante que luego él mismo exigió rectificar.

«No se le puede hacer eso»

En Francia también extraña el trato hostil hacia Nadal. «Me sorprendió mucho la reacción del público. Apoyaron a Soderling todo el tiempo. No se le puede hacer eso a Nadal, un campeón increíble. Creo que él no lo olvidará jamás», apuntó ayer en L'Equipe el francés Nicolas Mahut, número 148 del ránking de la ATP. «Esto solo se ve en Francia. Me siento un poco decepcionado por eso», añadió.

Federer también se refirió ayer a la polémica. «Creo que algunas veces, cuando alguien gana demasiado, hay gente que espera que pierda. Yo viví un poco eso en los años 2006 y 2007, cuando se armaba un gran revuelo porque perdiera un set», comentó el suizo, que durante cuatro temporadas dominó el tenis mundial.

De todos modos, Federer no se alegra por la derrota del mallorquín, al que confiaba en derrotar en la final, como hizo en Madrid. «Es una pena. Mi sueño era vencer a Rafa en la final. Somos todos humanos y cometemos todos errores. Nadie es invencible, el tenis es así. Sales a la pista sabiendo siempre que puedes perder», explicó.