Sinama bajó el balón y Forlán llegó a la carrera para hacer el tercero de su equipo ante el Almería de un zurdazo. El tanto hacía el número 32 de esta temporada; le afianzaba al frente del Pichichi, después de adelantar a Eto'o hace tres jornadas, y le ponía en bandeja la Bota de Oro, pese a la voracidad goleadora de Marc Janko en el Salzburgo (las dianas en la Liga austríaca valen 1,5, mientras que los de la española puntuan doble).
Mientras acumulaba títulos individuales, el ariete certificaba la clasificación del Atleti para disputar la Liga de Campeones del próximo curso.
Pero el gol adquirió todavía más valor entre los colchoneros, por cuanto igualaba un registro inalcanzable desde la temporada 1940-41. Entonces fue Pruden el que logró marcar en ocho encuentros consecutivos, los mismos en los que ha logrado hacer tantos el uruguayo en un impresionante final de Liga.
Si Pruden hizo catorce goles en esa racha de partidos, Forlan convirtió doce en el mismo plazo. Tres le cayeron al Athletic, mientras que marcó por partida doble al Recre y al Barça. Ante Racing, Sporting, Numancia, Valencia y Almería solo logró hacer uno.