Armstrong se hace de carne y hueso en los Dolomitas

Agencias

DEPORTES

14 may 2009 . Actualizado a las 03:14 h.

Lance Armstrong volvió a sufrir. En el tramo final de la quinta etapa del Giro su rostro no dejaba lugar a dudas. Cruzó la meta arropado pro los suyos, con los ojos perdidos y la boca abierta. Llegó a casi tres minutos del ganador en el Alpe di Siusi, en los Dolomitas. El ruso Denis Menchov que respondió a un ataque de Carlos Sastre que rompió el grupo de ilustres con una arrancada letal en los últimos cuatrocientos metros para llevarse la etapa y presentar sus credenciales a la general. Danilo De Luca (LPR) es el nuevo líder, pero el líder del Rabobank ha dado un golpe sobre la mesa del Giro.

Una decena de ciclistas se disputaron la etapa en el puerto de primera categoría, a una altura de 1.844 metros. Sin embargo, entre ellos ya no estaban algunos de los favoritos para ganar la carrera. Como Damiano Cunego, que perdió casi dos minutos y medio en los últimos 5,5 kilómetros de la escalada final. «¡No pude mantener el ritmo! Hay que resignarse y aceptar la situación, la general está ya muy complicada. Voy a intentar hacer algo bueno en las próximas etapas», reconoció el ganador del la edición del 2004. Entre los gallos tampoco encontró hueco Armstrong, doliente en los últimos seis kilómetros de la etapa.

«Esperaba dos minutos»

El heptacampeón del Tour se justificó. «Dije desde el principio que la primera mitad de este Giro no sería mi mitad. La subida era realmente dura. Intenté limitar los daños, esperaba que fueran solo dos minutos de ventaja para el ganador. Pero bueno, son tres», declaró el ciclista, que fue escoltado hasta la meta por Brajkovic, Rubiera y Navarro.

En la clasificación general, Di Luca saca ahora a Lovkvist, el anterior líder, cinco segundos. El australiano Michael Rogers queda a 36. Y el estadounidense Levi Leipheimer se encuentra a 43.

Triunfos en las tres grandes

Menchov, de 31 años y dos veces ganador de la Vuelta a España, firmó ayer primera victoria de etapa en un Giro. El ruso, que vive en Navarra, entró de este modo en el selecto club de ciclistas que han conquistado triunfos en las tres grandes rondas.

Ante el resultado de la etapa de ayer y tras la primera criba montañosa, Gilberto Simoni exclamó: «¡Este es un Giro para los extranjeros!». El ganador de la prueba en el año 2001 y en el 2003 destacó que en la parte alta de la clasificación apenas hay corredores italianos. Hasta el propio Simoni llegó con un retraso de 50 segundos respecto a Menchov.

Hoy se disputa la sexta etapa de la carrera, que unirá las localidades de Bressanone y Mayrhofen, en Austria, con un recorrido de 248 kilómetros. Se trata de una de las más largas de este Giro y con un perfil ondulado que puede propiciar que la victoria se juegue entre los componentes de una escapada y no entre velocistas.