Contador sigue líder

Colpisa

DEPORTES

Michael Albasini se impuso en la cuarta etapa de una carrera que sufrió un bloqueo total.

09 abr 2009 . Actualizado a las 21:36 h.

Esta carrera se encuentra abocada, de forma inexorable, a la contrarreloj de Zalla, este sábado, sobre 24 kilómetros, que decidirá el ganador final de la Vuelta al País Vasco después de seis días en los que llevamos de todo. La etapa, en Güeñes, la ganaba un corredor suizo, de la zona italiana, Michael Albasini, nacido en Mendrisio, donde se celebrarán los próximos Campeonatos del Mundo de fondo en carretera.

Vencía Albasini y volvía a demostrarse que un buen número de equipos se encuentran muy cómodos en la prueba, dejando que la carrera la hagan otros. Alberto Contador es el líder, pero quizá no sea el gran favorito para el triunfo final, lo que no impide que todo el esfuerzo recaiga sobre su equipo.

Es cierto que al final entraron otros grupos a trabajar, sobre todo Euskaltel, y algo el Caisse d' Epargne, mientras que los demás jugaron a la contra, se limitaron a buscar escapadas desde el principio, sabedores de las escasas posibilidades que iban a tener en la parte final. Y en eso consiste el guión que plantean un buen número de directores desde el coche, donde se convierten en excelentes chóferes, algunos, y en malos estrategas, un número importante de ellos. El modelo de control del equipo Astana, heredado desde la época del US Postal, cuando tenían que proteger a Armstrong, es dejar que florezcan las fugas para intentar descargarse de trabajo al máximo.

Esa forma de correr les viene estupendamente. Permite llevar el equipo más descansado y obliga al resto de grupos a moverse para contar con alguna posibilidad de triunfo.

Hay también otro tipo de formaciones, como el Quick Step, que tiene en Allan Davis una garantía importante para las llegadas, y más en una carrera como la Vuelta al País Vasco, donde no hay hombres rápidos. No fueron capaces de colaborar para tumbar la ventaja de los escapados. Esta no debe de ser su guerra.

Y eso es lo que vamos a ver hasta el sábado. Los equipos más sólidos, y sus líderes, están conformes con la general que surgió de Arrate. No tienen otro remedio que conformarse con ellas.

Y esa clasificación nos dice que entre Alberto Contador y Cadel Evans debe de estar el vencedor final. Al menos eso es lo que han afirmado las contrarrelojs del Tour de 2007.

Las opciones de Samuel Sánchez y Toni Colon se encuentran más limitadas, pero están, no han desaparecido. El retraso de Luis León Sánchez es más problemático, 35 segundos, al igual que el de Cunego, 27 segundos.

Los momentos de forma no son iguales que hace dos años. Evans va a más y Contador dice que está fatigado. Hace tres años, en Zalla, Contador aventajó en 22 segundos a Samuel Sánchez. Ninguno de los dos ganó la carrera. Lo hizo José Ángel Marchante.

Las generales hipotecan en muchas ocasiones las carreras. Esta es una de esas veces. Con ese panorama, tampoco se podía esperar mucho más de lo que vimos. Si a todo lo que hemos dicho se le añade una media horaria de 40,300 kilómetros por hora, se comprende mejor que la carretera no está para muchas alegrías.

Astana perdió a Chris Horner y a punto estuvo de quedarse sin Dani Navarro. Hubiera sido demasiado castigo. Decíamos que se trataba de buscar escapadas y es lo que hicieron Michael Albasini, Christian Van der Velde y Jurgen Van den Broeck.

No hay que menospreciar su esfuerzo. Estuvieron 155 kilómetros fugados, primero en compañía de Philip Deignan y Ricardo Serrano, que subiendo Urkiola se quedó descolgado. Hubo un conato de ataque de Samuel Sánchez, al que respondió Contador. Los dos primeros de la general hablaron, y muchos kilómetros después, sus equipos colaboraron.

Durante unos kilómetros la escapada estuvo tocada, con sólo 45 segundos de ventaja. Se produjo una circunstancia determinante, que influyó en su supervivencia: la caída de Horner y Navarro. El pelotón frenó al pasar Urkiola, todos dieron por buena la fuga.

Astana mitigó al final unas diferencias que no le preocupaban.