«Hemos vivido en un mundo que no volveremos a ver»

D.?A.

DEPORTES

En el círculo de la fórmula 1 reconocen que la crisis ha acabado con los excesos

26 mar 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Los efectos del tsunami financiero han alcanzado al imperio de la fórmula 1 que domina Bernie Ecclestone. La marcha de la firma Honda y la fuga de patrocinadores han provocado que la categoría reina del motor ponga los pies sobre un mundo de posibilidades limitadas. Todos sufren las consecuencias: despidos en los equipos, los componentes de las escuderías viajan en clase económica en lugar de en primera, las presentaciones de los coches se hicieron sin pompa, las fiestas se cancelaron. En el exclusivo paddock de los circuitos quedan plazas libres para vips y gente de negocios. Y los organizadores del Gran Premio de Australia, primera carrera de la temporada, temen un descenso de espectadores y por consiguiente, más pérdidas.

Esta sociedad acostumbrada a vivir a cuerpo de rey debe aprender algo nuevo: la humildad. «Hemos vivido en un mundo que no volveremos a ver», opina Katja Heim, socia de Ecclestone y responsable del márketing de varios circuitos con su agencia KHP. «Serán dos años duros para la fórmula 1», aventura.

Los equipos con presupuestos de más de 400 millones de euros forman parte del pasado. Max Mosley, como presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), se apropió desde hace tiempo del papel de comisario del ahorro y lamenta la «cultura del despilfarro», de la que acusa a los propios fabricantes, los caballos que tiran de la fórmula 1 desde el punto de vista económico.

Pero la crisis mundial ha hecho que los componentes de este circo se den cuenta de la realidad que anunciaba Mosley, y han puesto freno a los gastos.

Las ventas se hunden, el número de despidos y de trabajadores temporales crece. En las oficinas de dirección cada vez es más difícil justificar la inversión en el automovilismo.

BMW gasta el 40% menos

«BMW gasta hoy con su equipo de fórmula 1 ya el 40% menos que en el 2005, cuando suministrábamos motores a Williams», señala el jefe deportivo de BMW, Mario Theissen.

La necesidad une a todos los rivales. Los diez equipos van a ahorrar un 30% en la presente temporada gracias a los grandes cambios en el reglamento y a las restricciones en el uso de motores y en el número de test, lo que supone una cifra de 1.000 millones de euros menos que el año pasado. En el 2010, los gastos serán un 50% más bajos que en el 2008.

A través de la asociación de equipos, la FOTA, las escuderías acordaron más medidas como una sola voz. El eslogan: más acción por menos dinero. Quieren encontrar el equilibrio entre el ahorro y la asfixia del desarrollo de esta disciplina. Mosley y el Consejo Mundial de la FIA fueron más allá que la FOTA con las medidas aprobadas la pasada semana para la temporada 2010, entre las que se prevé limitar voluntariamente el presupuesto a cambio de tener más libertad técnica.

Si eso ayuda a mantener escuderías en la fórmula 1 o a ganar alguna nueva todavía está por ver. Mucho depende de los patrocinadores.

El año clave será el 2010, cuando la crisis golpee de manera rotunda. Ya hay un descenso publicitario en la temporada que está a punto de comenzar. En el Gran Premio de Australia, el próximo domingo, se esperan 80 millones de euros menos de los patrocinadores. Y la tendencia es seguir bajando.

El adiós de los bancos

Huyen sobre todo los bancos y ya se ha anunciado la salida de los golpeados Bank of Scotland (Williams) e ING (Renault), participados en parte por los Estados británico y holandés, respectivamente.

Sin embargo, algunos inversores están aún convencidos de las bondades de la fórmula 1 a nivel de márketing. «Una campaña de publicidad realizada en otro campo con un efecto comparable hubiera costado mucho más que nuestro gasto en fórmula 1», asegura el director deportivo de Mercedes, el alemán Norbert Haug. La firma es socia de McLaren y suministra motores a Force India y a Brawn GP, y está convencida de su compromiso con la fórmula 1.

Katja Heim avisa a los patrocinadores de una salida prematura del Mundial. «Tendría consecuencias muy negativas para todos. La fórmula 1 es aún una de las mejores plataformas de márketing», concluye. Pero tendrá que adaptarse a los nuevos tiempos.