Los récords del mundo no tienen edad. Que se lo pregunten a Julián Bernal, que a sus 90 años batió la plusmarca universal de los 3.000 metros en pista cubierta y, además, no lo hizo de cualquier modo, sino metiéndole un tajo de casi cuatro minutos con respecto al registro que tenía fijado desde el 2005 un estadounidense. Pero este ferrolano de adopción no se conformó con un récord del mundo, ya que el mismo día también mejoró la plusmarca europea de 800 metros y la española de 400. Y eso que llegó al atletismo con 76 años, después de quedar viudo. Esta temporada estrena categoría, la de máster 90.
Bernal es un todoterreno del atletismo, capaz de correr una popular o un cros, pero sin embargo la pista y en especial los 3.000 son su distancia predilecta. De sus tiempos mozos -máster 85- tiene pendiente de homologación un récord de los tres kilómetros, pero aquel ensayo le sirvió para la machada de este fin de semana. El ferrolano dominó de principio a fin la prueba en el Campeonato de España de pista cubierta para veteranos y en la línea de meta marcó un registro de 19m.59s.60d., pulverizando de este modo la plusmarca que tenía vigente desde el año 2005 el estadounidense Fran Levine (23m.12s.354d.).
Los test lo decían
«La carrera fue bien en todo modo, pero no contaba con el récord», dice Julián; pero en realidad la plusmarca no es tanta sorpresa para su entorno. Su hijo Jesús, que además de participar en todas las citas de veteranos, se encarga de llevar sus marcas, matiza que «hicimos dos test en la semana previa y la verdad es que eran muy buenos y apuntaban que podía conseguirlo. Se confirmó que está en muy buena forma. Fue rápido y cuajó una excelente carrera».
Esos test reveladores se llevaron a cabo en el arenal de Cabanas, porque uno de los escenarios del nonagenario para entrenar son las playas de la zona, especialmente en Doniños. Al igual que el resto del atletismo gallego la pista ni la huele, únicamente Riazor coincidiendo con el gallego de la especialidad. Aún así, es el rey bajo techo. «Entrenamos dos o tres días por semana en las playas o en algún parque de la ciudad si el tiempo no acompaña, pero la pista apenas podemos pisarla», reconoce el campeón que asegura no tener ningún tipo de predilección por una prueba determinada. Todas le valen y en todas se defiende. «A mí lo que me gusta es competir, participar en todas las pruebas, me da igual que sea ruta, cros o pista, me vale todo, lo importante es disfrutar».
Récords de Europa y España
Porque el título mundial, el primero que consigue de un modo oficial en su carrera como atleta que cumple los quince años de vida, hay que añadirle también la plusmarca continental en los 800 metros. Julián estableció un nuevo registro de 5m.04s., casi un minuto menos que la marca que estaba vigente «y si no batió el récord del mundo fue porque era su tercera carrera del día [bien entrada la tarde] y ya estaba cansado. No tengo dudas de que rebajará esta plusmarca el día que esté descansado, como también pienso que puede rebajar su propia marca en el 3.000», sentencia su hijo Jesús.
El récord en ochocientos llegó después de imponerse también en los 400 metros, en donde aprovechó para establecer una plusmarca de rango estatal: 1m.47s.98d., ganando también con total autoridad.
Menos mal que Julián Bernal llegó al mundo del atletismo con los 76 años cumplidos, recién enviudado y casi por casualidad. «Estábamos en la playa, comenzamos a correr y nos animamos a ir a una carrera».
Desde entonces, la práctica deportiva marca su vida por completo. «Estoy que no paro, estoy enganchado, no me pierdo una competición», sentencia. A cambio se ha olvidado de las visitas a los médicos y de su expediente clínico. Ni un achaque. Come de todo en cantidad, está bien de forma y psicológicamente más fuerte que nunca. Un chaval.