El Madrid se destapa ante el Betis

Ignacio Tylko

DEPORTES

22 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Vaya por delante que el Betis fue un equipo fantasmagórico en el Bernabéu, pero el Real Madrid ofreció excelentes noticias en vísperas del doble duelo ante el Liverpool que marcará su temporada. Solo necesitó un tiempo y no se desgastó. Goleó, disfrutó, dio sensación de ser una máquina bien engrasada. Tanto agradaron y se gustaron los blancos que hasta su afición, hasta ahora escéptica sobre el futuro a corto plazo con Juande Ramos, comenzó a pensar que la caza del Barça es posible, sobre todo después de comprobar que el cuadro azulgrana sufrió ayer una derrota.

El once del Molinón

Juande habló de rotaciones y repitió el once que goleó en El Molinón, lo que le permitió reservar hasta la segunda parte, con un 6-1 en el marcador, a los reaparecidos Guti, Robben y Sneijder. Y la apuesta le salió a las mil maravillas por varias y poderosas razones. Tanto que a buen seguro le entrarán algunas dudas de cara al miércoles, donde le aguarda un adversario correoso, mucho más que un gris Betis.

El juego de tiralíneas del Madrid levantó al fin de sus asientos a su exigente parroquia, distante cuando los suyos ganaban por la mínima y a lo Capello. Toque, pared, desborde, pegada y buena presión para la recuperación. Marcelo volvió a dejar patente que, como ataca mucho mejor que defiende, brilla más de centrocampista, casi extremo, que de lateral. Apareció mucho y casi siempre bien, poniendo además balones de gol. Con él en una banda y el perseverante Higuaín en la otra, el Madrid tiene un dibujo más simétrico que con Robben, a quien ya no se considera imprescindible, y Sneijder.

Higuaín, que suma 14 goles en este curso, abrió la cuenta, abrió la cómoda senda del triunfo tras driblar a Ricardo sin que le temblaran las piernas. Huntelaar, que no podrá estar en la Champions, firmó dos tantos. Y después cayeron dos más de Raúl.

Pero no brillaron también otros jugadores. Mención especial para Ramos. Se quejaba con Schuster y se le ve feliz con Juande. Volvió a ser ese defensa imponente, ganador de todos los balones disputados y peligroso en ataque. Su gol definió el estado del Madrid y del Betis. Sacó una falta Heinze, un lateral, y la cabeceó el otro lateral.

Errores de Casillas

Curiosamente, las únicas dudas las sembró esta vez Casillas, algo distraído, quizá absorto ante la exhibición de sus compañeros. Se tragó un soberbio pero lejano disparo de Oliveira y, con 3-1, pudo dar vidilla al partido en un despeje que se convirtió en un pase magnífico al brasileño. La cruzó tanto el ex zaragocista que se fue al palo.

Fue un susto que despertó a un Madrid que ya comenzaba a sestear, que metió otros tres en un santiamén y que pudo dormir plácidamente en la reanudación. Nada que ver este Betis de Chaparro con el que ganó en el Pizjuán y que empató con el Barcelona. Ahora, tras nueve victorias consecutivas, al Madrid le toca afrontar el gran examen de la temporada el Liverpool de Rafa Benítez.