Super Bowl para aliviar la crisis

Agencias

DEPORTES

01 feb 2009 . Actualizado a las 02:29 h.

El estadio Raymond James estará esta noche (00.00 horas) a reventar y Estados Unidos se paralizará por unas horas. Pero por el precio de las entradas para ver la Super Bowl, que este año empieza a ser conocida como la Recession Bowl, no habrá ni rastro de los festejos previos pomposos y espectaculares que la caracterizaban.

La final de fútbol americano, que enfrenta a los Steelers de Pittsburgh y a los Cardinals de Arizona en Tampa (Florida), es el acontecimiento televisivo del año en Estados Unidos, tal como se pudo comprobar en el duelo entre los Gigantes de Nueva York y los Patriotas de Nueva Inglaterra del año pasado.

Entonces se batieron todas las marcas de audiencia para un evento deportivo, con 97,5 millones de espectadores, según la compañía Nielsen Media Research. Solo el último programa de la histórica serie de televisión MASH tuvo una audiencia mayor: 106 millones, en 1983.

Comida rápida para todos

Ante este panorama, las únicos que se preparan para hacer caja en esta época de crisis son las empresas de comida rápida, sobre todo cadenas como una conocida multinacional de pizzas, que prevé unos 2,5 millones de encargos, un 55 por ciento más de lo habitual un domingo.

Pero las vacas flacas han llegado también a la NFL, que se ha visto obligada a reducir drásticamente el precio de las entradas para ver en directo el partido. Según Amanda Holt, portavoz del comité de celebración del evento, «no es inmune a los efectos del declive económico». De hecho, billetes para la parte superior del estadio se han vendido por unos 1.300 dólares (mil euros), cuando el año pasado costaban 3.000 (2.342).

Así lo confirma también el propio Comisionado de la Liga, Roger Goodell. «Existe una incertidumbre y un miedo tremendo. Nuestros socios están viviendo tiempos difíciles, los aficionados tienen menos dinero, la gente ha perdido sus empleos», argumentó.

Si bien la atracción del partido en sí para la audiencia estadounidense está fuera de toda duda, algunas compañías que tradicionalmente han gastado millones de dólares en promocionar sus productos durante el evento, como General Motors o FedEx, este año no repetirán. Si la propia Super Bowl se resiente, también lo hacen los tradicionales festejos organizados en torno a la gran fiesta deportiva de Estados Unidos.

Duelo de cerebros

En cuanto al apartado deportivo, la previa del partido está marcada por el esperado duelo entre los quarterbacks Kurt Warner, de Arizona, y Ben Roethlisberger, de Pittsburgh. Al margen de las actuaciones de otras figuras y de las jugadas colectivas que preparen los técnicos, Warner y Roethlisberger tendrán la gran responsabilidad del desafío, pues de la efectividad de sus tiros dependerá el marcador final.

Roethslisberger, de 26 años, llegó a los Steelers como primera selección colegial en el 2004 y de inmediato se convirtió en titular de la franquicia. Por su parte, Warner, de 37, vuelve a jugar una Super Bowl una década después de saborear la victoria con los San Luis Rams.