El caso de los falsos compromisarios que ha propiciado la dimisión de Ramón Calderón es solo el último capítulo de un rosario de escándalos que han marcado su gestión desde el primer día.
Judicialización. El hasta ahora presidente mantenía judicializada la gestión del club desde que accedió al cargo gracias a la anulación, a instancia suya, del voto por correo en las últimas elecciones, en un asunto que todavía se investiga en los juzgados.
Dimisiones. Un total de cuatro directivos de la lista con la que Ramón Calderón se presentó a las elecciones formalizaron la dimisión durante su mandato, en desacuerdo con la gestión del presidente.
Críticas a los jugadores. En enero del 2007 Calderón provocó un escándalo sin precedentes al conocerse unas declaraciones suyas en las que tachaba de divos a varios jugadores, como Casillas y Guti, y aseguraba que no pagan sus gastos en muchos establecimientos. Además, cargó contra el público porque, según dijo, acude al Bernabéu «como si fuera al teatro».
Negocios a costa del club. Al poco de llegar al poder, Calderón se sirvió de un viaje oficial del club a Bucarest para hacer negocios particulares en Rumanía, donde pensaba invertir en una granja de cerdos a través de una sociedad creada pocos días después de conocerse que el Madrid viajaría a ese país.
Abonos poravales. Varios medios acusaron a Calderón de beneficiar con abonos a socios del club a los que posteriormente se les pidió que avalaran a compromisarios próximos a la directiva. El escándalo y la amenaza de denuncia obligaron a la directiva a anular el proceso de elección de compromisarios. Apoyo a los Ultras Sur. La Comisión Antiviolencia amonestó a Calderón por definir al grupo violento Ultra Sur, al que luego invitó a la asamblea, como «un grupo de chicos» del que solo puede decir «cosas buenas».