Desde ambos banquillos se exigió toque y posesión y el público, que no paró de animar, compensó el frío criminal con un buen espectáculo. En un centro al área que la defensa gallega no acertó a sacar por dos ocasiones, llegó el empate iraní. El omnipresente Borhani empalmó el balón muerto en la frontal.
Tras el descanso, todos los cambios posibles, aunque Arsenio y Vázquez mantuvieron a Novo un rato más en el campo. El delantero tardó diez minutos (y otros tantos desmarques que nadie vio) en hacer una pared con Trashorras y volver a batir al portero. Después, se retiró con la ovación de la noche.