David Arroyo triunfa en una etapa dominada por el Caisse d'Epargne que tuvo un final caótico

La Voz

DEPORTES

20 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

A falta de la general, buenas son las etapas. Ese es el lujoso consuelo del Caisse d'Epargne. Ayer ganó David Arroyo. El ganador ejerció de lastre de la fuga del día mientras sus compañeros trabajaban detrás para que Alejandro Valverde se encontrara en Segovia con un final a su medida. Pero no cazaron a los supervivientes de la escapada. Y Arroyo superó a Vasili Kiryienka en medio del caos. Porque en el circuito que cerraba la etapa con un doble paso por meta los corredores de cabeza doblaron a los rezagados. Como en la fórmula uno. Previsible. Ya sucedió el año pasado en Ávila. Christian Prudhomme, director del Tour, fue testigo del desaguisado.

La etapa, según Ezequiel Mosquera, fue vertiginosa. «Una lucha sin cuartel entre los dos equipos más fuertes, el Astana y el Caisse d'Epargne. En Navacerrada había mucha tensión, se iban Leipheimer y Contador. Y en Navafría hubo movimientos, tuve que salir a algún ataque», comentaba. Se refería a Carlos Sastre.

Carlos Castaño, del Xacobeo, lanzó un ataque en el tramo final. «Lo intenté, pero la rodilla izquierda no me deja rendir al 100%. Y la cámara de una moto se cayó y casi me tira», relataba. «Esta Vuelta ha sido un poco desgraciada para mí», concluía. Gustavo César Veloso, al que le tocó vaciarse trabajando para el equipo una vez más, fue de los agraviados del día. Su grupo tuvo que pararse al ser doblado y cedió más de veinte minutos con el ganador.

Antequera y David García

En Las Rozas, antes de la salida de la etapa de ayer, el seleccionador, Francisco Antequera, habló con el marinense David García para decirle que sentía no haberlo seleccionado para el Mundial. Antequera elogió el rendimiento del gallego, pero señaló que en España ahora hay un amplio abanico de grandes corredores. Pero añadió que tendrá a García Dapena en su agenda para futuros compromisos si sigue en esta línea.