Armstrong: «No me siento viejo para ganar el Tour de Francia»

Agencias

DEPORTES

11 sep 2008 . Actualizado a las 02:18 h.

Lance Armstrong vuelve. Prepara un nuevo asalto al trono francés del ciclismo porque cree que puede. Porque piensa que la edad no es un impedimento. «No me siento viejo para ganar el Tour de Francia. Estoy convencido al 100% de que voy a disputarlo», asegura el tejano. El hambre de competición y la intención de seguir demostrando que la batalla contra el cáncer puede ganarse son sus ejes.

A Armstrong le sobran los ejemplos para apoyar su regreso, que se producirá a los 37 años. «En los Juegos, brilló la nadadora Dara Torres, de 41 años. Y la vencedora del maratón, Constantina Tomescu, tenía 38. Deportistas con más edad que yo compiten a muy alto nivel», explica en declaraciones concedidas a la revista Vanity Fair . «Y no hay ninguna evidencia que indique que a los 38 tengas que ser más lento que a los 32», apunta.

Chris Carmichael, que fue su entrenador desde la época júnior y volverá a serlo en su regreso, explicó ayer que nunca ha visto su pupilo tan motivado como ahora. «Es casi como en 1999», asegura. Carmichael reveló que ambos vieron juntos en televisión las principales etapas del Tour de este año, ganado por el español Carlos Sastre, y eso dio el empujón definitivo al tejano. «Le dije, ''mira quién está ahí. Estos son todos los tipos contra los que competías''. Sentí que no había razón por la que Lance no pudiera volver adonde estaba. No es quitarle méritos a Sastre o a los otros tipos que están arriba, pero creo todo eso está a su alcance», explica el entrenador.

Armstrong indica que se demostró a sí mismo de forma definitiva que podía volver cuando participó en una prueba de bicicleta de montaña en Colorado, el pasado mes. Terminó segundo tras Dave Wiens, vigente campeón mundial, después de haber recorrido 160 kilómetros.

Borrar acusaciones

En la ecuación que ha dado lugar a la decisión de Armstrong influye también el hecho de que, desde que el estadounidense se retiró en el 2005, se multiplicaron las acusaciones de dopaje contra él. La prensa francesa publicó que una muestra de orina del estadounidense, congelada desde 1999, había dado positivo por Eritropoyetina (EPO), una sustancia que entonces era indetectable. «Una parte de él quiere volver para enterrar los últimos rumores de dopaje», escribió Gil LeBreton en el diario tejano Fort Worth Star Telegram , periódico de su Tejas natal.

El motivo que más ha enarbolado el ciclista para apoyar su vuelta ha sido el altruismo. Armstrong, que superó un cáncer y se convirtió después en el rey del Tour, quiere recaudar dinero para la lucha contra esta enfermedad. Por eso ha presionado hasta la saciedad a los congresistas tejanos para que aprobasen una dotación de 3.000 millones de dólares para el Instituto de Investigación contra el Cáncer del Estado. Y por eso también se guardó todos los detalles jugosos sobre su regreso para la reunión del 24 de septiembre en Nueva York de la Iniciativa Global Clinton (CGI), un foro lanzado en el 2005 por el ex presiente de Estados Unidos Bill Clinton para debatir los desafíos que afronta la humanidad.

Le cuesta madrugar

La gran pregunta que se hace el pelotón es si Armstrong podrá regresar a la cima después de tres años de parón. El propio ciclista reconoce en la entrevista concedida a Vanity Fair que le cuesta más trabajo que antes levantarse y que también le molesta la espalda. Pese a todo, asegura que cuando se sube a una bicicleta las sensaciones siguen siendo igual de buenas que en el pasado.

Johan Bruyneel asegura que si Armstrong ha tomado esta decisión «es porque lo tiene muy claro». Pero la conquista de la ronda francesa le parece una meta muy ambiciosa. Piensa igual Eusebio Unzué. «Es posible que vuelva. Pero para ganar el Tour... Eso me parece mucho», indica el director del Caisse d'Epargne. «Es complicado, pero si vuelve, no es para pasearse, es porque cree que tiene opciones», señala Óscar Pereiro, ganador de la grande boucle en el 2006. Otros son muy escépticos. «No gana el octavo Tour ni borracho», asegura el ex corredor Federico Martín Bahamontes.