El campeón del K2 estará la próxima semana en el Campeonato de España

J. V.

DEPORTES

26 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Lo más lógico después de haber logrado una medalla de oro olímpica, con todo el sacrificio que eso conlleva, sería descansar durante una buena temporada. No es el caso de Carlos Pérez. El palista cangués acudirá la próxima semana a la cita del Campeonato de España de Piragüismo, lo que provocará que no pueda prodigarse demasiado en las celebraciones. Es un ejemplo de profesionalidad: «Hay que defender al club, que lo necesita», declaraba Perucho, que milita actualmente en el Club Náutico de Ribadumia.

Lo curioso es que hasta muy poco tiempo antes de la Olimpiada no se decidió darle a la pareja formada por Saúl Craviotto y Carlos Pérez la plaza para competir en Pekín. Ellos le quitaron la razón en la pista a los que dudaban de su capacidad consiguiendo nada menos que el máximo galardón al que se podía aspirar: «Fue el premio a toda la trayectoria que llevábamos y a nuestros resultados», indicó Carlos.

Acudió la conselleira

Acudió a recibirles la Conselleira de Cultura e Deporte de la Xunta de Galicia, Ánxela Bugallo, junto a la Directora Xeral de Deportes, Marta Souto, que ya habían estado el día anterior en la llegada de los regatistas Fernando Echavarri y Antón Paz, que también se trajeron una medalla de oro en vela para Galicia.

Galicia tiene que estar orgullosa de haber acaparado una buena parte de las medallas conseguidas por España. Nada menos que 4 de las 18. Junto a Cataluña, las dos comunidades autónomas más laureadas. Y dentro de Galicia tiene un significado especial la villa de Cangas do Morrazo, a la que algunos ya han bautizado como Villa Olímpica.

Carlos Pérez está orgulloso de pertenecer a este pequeño rincón de la geografía gallega: «Es una satisfacción para nosotros traer estos éxitos para Cangas y para Galicia», indicó el campeón olímpico.

Realmente, los paisanos de Perucho demostraron ayer su enorme imaginación y originalidad con todo tipo de pancartas y cientos de camisetas serigrafiadas en las que ya se veían distintas fotos de la pareja campeona olímpica celebrando el título. Y dentro de cuatro años más.