El lujo asiático del centro de Pekín

Paulo Alonso Enviado especial

DEPORTES

La presencia de 415.000 chinos con un patrimonio superior a 30 millones de dólares ha impulsado en el distrito financiero la instalación de las firmas más exclusivas

06 ago 2008 . Actualizado a las 11:48 h.

Dinero llama a dinero. La economía china va como un tiro y ha multiplicado su clase alta. Tanto que la beautiful people de la capital china tiene una amplia oferta donde comprar, divertirse y pasar el tiempo libre. Según un informe de Merrill Lynch, el número de chinos con un patrimonio superior a los 30 millones de dólares creció un 20,3% en el último año: 415.000 bolsillos repletos de yuanes para derrochar.

El lujo asiático tiene su epicentro en el distrito financiero (CBD), alrededor de la futura sede de la televisión, uno de los iconos del Pekín del siglo XXI. Con inmensos edificios, apenas queda rastro de las tradicionales hutones , las callejuelas de casas con patios interiores. Más que una milla de oro, el barrio más exclusivo se encuentra en centros comerciales. El de moda es el Shing Kong Place. Es el último gran centro de lujo que abrió en Pekín. Desde abril del 2007, sus siete plantas reciben a la nueva clase alta pequinesa.

Alquileres de 3.000 euros

«En toda esta zona alrededor del hotel vive gente rica. Este es el gran centro comercial más reciente y estamos muy contentos de como va», explica la hongkonesa Elena Wong, trainer de la tienda de Chanel. Los alquileres de pisos en la zona rondan los 3.000 euros.

Veinte empleados cuidan de todos los detalles en los 300 metros cuadrados de la boutique de Chanel. Y pese a que la renta per cápita anual en China supera ligeramente los 2.000 euros, los precios en este barrio van a otro ritmo. En Chanel se encuentran relojes de diamantes por 33.000 euros y abrigos vaqueros por 4.000. Al lado, compite Prada, con bolsos de más de tres cifras para gente sin problemas para llegar a fin de mes. Enfrente, luce Hugo Boss, y el centro comercial repasa las marcas del gusto de los chinos occidentalizados: Omega, Rolex... De los precios desorbitados da idea que el billete de metro vale 20 céntimos y una botella de agua mineral, 30.

En Bang & Olufsen, el exclusivo centro de equipos de alta fidelidad, hay altavoces de 8.400 euros. Y The New York Times elogió el Din Tai Fun, el restaurante de la última planta.

Versace y Armani

Junto al Shing Kong Place se levantan un par de centros más, el China Central Place y el China Central Mall, con tiendas de Versace, Armani y el resto de reyes de la alta costura.

Un cheque con siete cifras, un millón de euros, el sueño para todo interiorista. Fue la oferta que no pudo rechazar Philippe Stark para soñar un elegante club en Pekín. El gurú del diseño y las tendencias firma el Lan Club, en las Twin Towers, al sureste de la capital china.

Esponja para recoger tendencias, Pekín cuenta con uno de sus locales más cool justo enfrente del Mercado de la Seda, la otra cara del consumismo, un gigantesco centro plagado de turistas en busca de una falsificación que no lo parezca. El Lan Club tiene seis mil metros con restaurantes, bares, locales reservados...

Desde finales de los sesenta, cuando Stark se convirtió en director artístico de Cardin, es una de las mentes que deciden lo que se lleva. Desde su apertura, hace un par de años, es uno de los lugares de encuentro más chics de Pekín.