Hautacam puede deparar las primeras grandes diferencias

Luis Miguel Pascual

DEPORTES

14 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Si el Tourmalet puede ser la plataforma de lanzamiento de escapadas aventuradas, el Hautacam será el campo de batalla perfecto para las escaramuzas de los favoritos, sobre todos los escaladores, que deben comenzar a aprovechar los kilómetros favorables que les reserva la carretera. «Todos han escondido las cartas, pero en Hautacam no podrán hacerlo», resumió el director de Caisse d'Epargne, Eusebio Unzúe, en Bagnères-de-Bigorre, donde sólo el italiano Riccardo Ricco se atrevió a mostrar sus fuerzas. «Es impresionante, espectacular. Como rival lo veo mal, pero como espectador es una delicia», dijo Unzue, director del Caisse D'Epargne. La ley la dictarán el Tourmulaet y el Hautacam, dos nombres míticos del Tour de Francia, en la décima etapa, la segunda del recorrido pirenaico y la primera con final en la cima de un puerto de categoría.

Pereiro confía en Valverde

«Es bueno para el espectáculo, pero como rival es intratable». Así se refería Oscar Pereiro a Riccardo Ricco. «Hemos puesto pocas ganas en la persecución. Euskaltel trabajó duro toda la etapa y luego no colaboró, nos dejó solos a nosotros y a CSC. Todo el mundo iba desconfiado y el de alante abrió camino».

«Ésta no era una etapa para hacer muchas diferencias entre los favoritos, pero Alejandro Valverde ha estado bien. En todo caso era yo el que tenía que haberlo intentado, no Valverde. Él es un corredor que tiene que sacar el tipo en el mano a mano, en la etapa de Hautacam, por ejemplo». Y es posible. Como la primera etapa pirenaica no permitió sacar conclusiones sobre el estado de forma de los favoritos, el pelotón del Tour de Francia está pendiente del Hautacam, meta de la etapa de hoy, primera llegada en alta montaña de esta edición.

La meta está en la cima de Hautacam, donde el español Javier Ochoa fue el último en ganar, una gesta que data de 2000. Antes de llegar al puerto, los ciclistas, que parten de Pau, deben recorrer 156 kilómetros y ascender dos puertos de tercera en la primera parte del recorrido y el temible Tourmalet. Se trata de una etapa corta prevista para vivir un explosivo espectáculo en su parte final del trayecto, una primera etapa de alta montaña con final en cuesta y que debe dejar grabadas sus consecuencias en la general, al menos a priori.

La llegada de la alta montaña debe ser también el terreno de Carlos Sastre, que lo afronta desde un cómodo décimo puesto a 1:34 minutos del líder, el luxemburgués Kim Kirchen. «Si no es una etapa para Sastre no sé cuando será», aseguró su director, Bjarne Riis. «Si puede ganar mejor, pero lo importante es que esté fuerte. El Tour se gana todos los días y hay que atacar desde el principio», indicó el técnico danés. Como Unzúe, Riis cuenta con más de una carta para jugar, porque si el madrileño no está en forma, serán los luxemburgueses hermanos Schleck quienes tomen el relevo. «Y ellos también están bien», avisó el director.