Cuatro partidos separan a Maria Sharapova de entrar en la nobleza del tenis mundial con solo 21 años. La jugadora rusa afronta estos días en París su primer intento de completar los cuatro títulos del Grand Slam. Y aunque no es ninguna especialista en tierra, nadie la descarta como campeona el sábado. Ayer se clasificó para octavos.
Sharapova entró en las casas de millones de espectadores hace cuatro años, cuando ganó Wimbledon. Surgió como un rostro bonito, un filón publicitario, una buena jugadora y una historia épica de superación después de criarse en una zona marcada por la catástrofe de Chernóbil y hacerse a sí misma en Estados Unidos. Pero el tiempo demostró que es mucho más. Cayeron después los títulos del US Open (2006) y el Abierto de Australia (2008). Desde enero, tiene la posibilidad de completar el Grand Slam, no en un mismo año, pero sí a lo largo de su corta carrera.
Quizá por eso el calendario de la rusa esta temporada prestó más atención a la tierra batida. Hasta ahora, la pisaba lo justo. Su mejor resultado en París fueron las semifinales del año pasado. Poco más hizo en Roland Garros, también mermada hace dos años por molestias en un tobillo y la pasada primavera por una lesión en el hombro.
Pero ahora cuenta. Ya ganó un torneo en esta superficie, el de Amelia Island, después de superar en la final a Dominika Cibulkova. «La tierra batida no es una superficie que te regale nada. Nunca había empezado mi preparación en ella tan pronto; espero que eso dé su fruto en París», comentó entonces. Más tarde, Sharapova cayó en cuartos de final de Charleston ante Serena Williams y en las semifinales de Roma ante Jankovic.
Aunque la rusa no emitió señales positivas en las dos primeras rondas de Roland Garros, en las que necesitó tres sets para ganar a la rusa Rodina y a la estadounidense Mattek, ayer despachó a la italiana Knapp por 7-6 y 6-0. ¿Cómo tiene el camino hacia la final? Ahora se enfrenta con Safina, y después podría cruzarse con Kuznetsova o Dementieva. Por la otra parte del cuadro aparece Ivanovic.
Con 188 centímetros y poca experiencia en tierra, la propia tenista definió sus movimientos en alguna ocasión sobre esta superficie como los de una «vaca sobre hielo». En París afronta su «mayor reto». Si vence, entrará en el selecto club de las tenistas con los cuatro títulos del Grand Slam, un hito que solo consiguieron Doris Hart, Shirley Fry, Maureen Connolly , Margaret Smith Court, Billie Jean King, Chris Evert, Martina Navratilova, Steffi Graf y Serena Williams.