La trayectoria de José María del Nido al frente del Sevilla está trufada de salidas de tono como la de ayer sobre el Deportivo, aunque es cierto que a continuación hizo un pequeño guiño al conjunto blanquiazul. «Es un equipo que va en alza y ya no es el de hace un mes, pero nosotros estamos con una tremenda ilusión por mantener nuestra racha de victorias y colocarnos entre los cuatro primeros», dijo antes de volver a quedar en evidencia: «Con esa ilusión vamos a la capital de Galicia».
La prensa andaluza se ha ido haciendo eco de las numerosas salidas de tono de Del Nido porque, como explicaba ayer un periodista sevillano, «cada vez que habla, sube el pan».
En los últimos tiempos, el Barcelona ha sido uno de sus objetivos prioritarios. «Rijkaard sería un buen segundo entrenador del Sevilla B», regaló la temporada pasada antes de perder la lucha por la Liga. Y añadió en una entrevista a un diario catalán: «Ningún futbolista del Barça jugaría en este Sevilla».
Para los profesionales de la prensa andaluza, Del Nido ha asumido un papel que ahora aflora sin que él quiera o acierte a controlarlo. La semana pasada, antes del encuentro de Liga de Campeones con el Fenerbahçe de Estambul manifestó con altanería: «Hay dos posibilidades en esta ronda, pasar o pasar. Si yo fuera turco, estaría intranquilo». La posterior derrota (3-2) explica su descenso al vestuario para abroncar a los defensas titulares.
Mala imagen de su equipo
Por culpa de esa soberbia presidencial, el Sevilla empieza a caerle gordo a bastante gente. El año pasado manifestó al empezar la Copa del Rey que el Sevilla era «campeón antes de jugarla». Schuster, entonces técnico del Getafe, le respondió tras perder la final: «No me extraña que dijera eso con las ayudas que ha tenido de los árbitros».
Pero José María del Nido continúa fiel a su estilo: «Ningún equipo del mundo puede pagar a los futbolistas del Sevilla».