Temor en el Madrid a que Schuster repita las malas segundas vueltas de sus anteriores equipos

Ignacio Tylko

DEPORTES

26 feb 2008 . Actualizado a las 02:11 h.

Más allá de las tres últimas derrotas consecutivas, dos en Liga y una en Champions, de despistes infantiles como el sufrido ante el Getafe, de la pérdida de fe en las remontadas y de la proximidad de un Barça que se presenta con sus mejores armas al tramo decisivo del curso, en el seno del Real Madrid preocupan el cansancio de los jugadores y el tradicional cambio de tendencia que experimentan los equipos de Schuster al avanzar las temporadas.

Cuando el alemán aterrizó como técnico en España, tras foguearse en dos Segundas de su país, arrancó con inusitada fuerza en el Xerez. Era la temporada 2001-2002 y los andaluces acabaron con 39 puntos la primera vuelta, segundos con seis puntos de ventaja. El ascenso parecía pan comido, pero el equipo se desinfló y acabó cuarto. En el ejercicio siguiente su equipo también jugó de más a menos y fue destituido tras la 39.ª jornada, a 12 puntos de un Zaragoza que ocupaba la última plaza de privilegio.

Schuster emigró a Ucrania y cogió las riendas del Shakhtar, pero fue despedido después de 23 partidos porque el Dinamo de Kiev se había escapado en busca del título. Fue llamado por el Levante, ya en Primera, y la historia se repitió. Comienzo inmejorable, llegó a ocupar zona Champions, disfrutó de puestos de UEFA, pero inició la cuesta abajo y el alemán se encontró en el paro tras la jornada 34.ª.

En la campaña 2005-2006, el alemán tomó el relevo de Quique Sánchez Flores en el Getafe. De nuevo, un inicio excepcional desató la euforia. Los madrileños gozaron en las diez primeras semanas de puestos de Liga de Campeones, llegaron a acostarse líderes tres domingos, pero perdieron fuelle y acabaron novenos. En la última campaña cambió en parte la tendencia, porque el Getafe alcanzó la final de Copa. En Liga, en cambio, los azulones comenzaron las dos primeras jornadas en Champions, durmieron cinco noches en UEFA, pero terminaron novenos.

El Madrid se ve arrastrado por una corriente similar a la sufrida hace cuatro años con Carlos Queiroz. El sustituto de Del Bosque situó a los blancos con ocho puntos de ventaja sobre el Valencia en la jornada 26.ª, pero su equipo se desplomó en los dos últimos meses. Acabó cuarto y pidiendo la hora. El preparador físico era Walter di Salvo quien, curiosamente, también pone a punto a los de Schuster.

Los críticos creen que el equipo ha perdido pegada porque Raúl y Van Nistelrooy apenas han rotado; que es incapaz de desbordar sin Robinho, quien se rompió ante el Valladolid y no ha vuelto; que es dependiente de Guti y que atrás sufre prolongadas ausencias como la de Pepe, activo solo en ocho partidos. En la exhibición defensiva del Camp Nou, por ejemplo, la zaga estuvo integrada por Ramos, Cannavaro, Pepe y Heinze.