El Dépor pierde en Almería al final y tras desperdiciar sus ocasiones de gol

La Voz

DEPORTES

El conjunto de Lotina repitió todos sus errores de esta temporada y se hunde en el pozo de la tabla

21 ene 2008 . Actualizado a las 17:11 h.

Hay equipos que sería mejor no haberlos conocido. El Almería es uno de ellos. Ya hizo la puñeta en el arranque de la temporada y ayer fozó en la herida (1-0). El Dépor hace del harakiri un arte, renuncia a su primera victoria del año fallando todas sus ocasiones claras de gol y regalando una jugada a balón parado. La imagen, sin embargo, volvió a ser aceptable, pero urge ganar.

A falta de ideas mejores, los dos conjuntos decidieron dedicar la primera parte a los minutos de la basura. Deportivo y Almería no se mentalizaron de la forma correcta para este encuentro, lo asumieron como decisivo para la permanencia, y esta idea atenazó las piernas de blanquiazules y rojiblancos. Sin la frescura del partido de ida y demasiado temeroso, el equipo de Unai Emery lo cedió todo al Deportivo, que se autocensura cuando tiene que llevar la iniciativa. El juego desprolijo se apoderó del partido.

El Almería salió dispuesto a probar al joven Fabricio, pero solo lo intentó una vez en cuarenta y cinco minutos. El Dépor no aprovechó la pájara local y se dedicó más a estropear el juego rojiblanco que a buscar la victoria contra un rival directo. A pesar de ello, el único mérito contraído fue del bullicioso Guardado, de volea en el treinta y dos. Diego Alves echó por tierra las escasas ilusiones generadas hasta entonces. Antes, Crusat centró-chutó sin querer y sin efectos secundarios.

En los minutos añadidos de la primera fase, el Deportivo se dedicó a dar pistas al rival y a hacer de las suyas. Mareó la perdiz en una jugada de ataque, se autoprovocó una contra peligrosa y acto seguido creó una buena jugada en la que el balón se paseó por el área pequeña rival. Todo pintaba como siempre. Si llegaba, el gol sería más fruto de la tensión acumulada que de otra cosa.

El fútbol de ambos conjuntos estaba siendo tan irrespetuoso con el aficionado que debería considerarse la figura del partido nulo en este deporte. Inexplicablemente, Deportivo y Almería saltaron al terreno de juego para ejecutar la segunda parte de su tortura colectiva. Ayer, Día del Niño en el estadio de los Juegos Mediterráneos, lo presenciado no era apto para menores.

Emery movió ficha. Corona por Soriano. El Dépor insistió en la inoperancia. Adrián marró a puerta vacía y aún tenía el Almería las manos en la cabeza cuando Juan Rodríguez se dio otro lujo ante Alves. Todo en cinco minutos. Gracias al habitual perdón blanquiazul, se animó el partido y germinó la esperanza rival. A pesar de todo, el Deportivo merecía ir ganando ante un Almería decepcionante. Ortiz entró en plan salvador a falta de media hora. Podía pasar cualquier cosa. El partido era un péndulo. Con el fútbol bajo mínimos, la tensión era máxima. En este rebumbio de colegio, el balón se movía aleatoriamente por las imprecisiones de veinte jugadores revueltos en un espacio de sesenta metros por sesenta. Excluidos los porteros y sus áreas.

Sergio se lesionó en el 31 y uno después, Negredo y Crusat fabrican un gol que Piscu saca al borde de la celebración. En el 34, Fabricio coge el balón en el linde del área y Daudén pita falta. Corona falla, pero el corazón está a punto de salirse. Taborda se convierte, a falta de cinco minutos, en el último recurso. Y entre resoplidos de ambos bandos, increíblemente, la derrota. En una jugada de estrategia, por el centro del área chica. Sin comentarios.

Al Dépor le espera el Valladolid en Riazor. Después irá al Ruiz de Lopera, recibirá al Getafe y visitará al Recreativo. Continúa el vía crucis.