El guardameta del Deportivo Gustavo Munúa agredió ayer en Abegondo a su compañero de equipo y de demarcación Dudu Aouate en un nuevo episodio de violencia que salpica al vestuario blanquiazul.
Munúa le dio un puñetazo en el ojo izquierdo en presencia de la práctica totalidad de sus compañeros de equipo y del cuerpo técnico. Aouate tiene un prominente hematoma con hinchazón y dos heridas que manaron abundante sangre. En la primera, en la parte superior del párpado, recibió cuatro puntos de sutura de manos de responsables médicos del club. En la segunda, en la zona inferior, dos más.
La causa de tan brutal agresión, injustificable a todas luces, hay que buscarla en las declaraciones realizadas por el israelí un día antes, en las que se mostraba «muy molesto» por su suplencia: «Quiero jugar, y cuanto antes, mejor para mí y para el equipo», dijo.
Según el testimonio de Aouate -corroborado por varios jugadores-, el meta israelí acababa de ducharse, acudió a su taquilla para quitarse las vendas de las manos y cruzó su mirada con Munúa. El uruguayo le preguntó amenazante: «¿Qué miras?». El israelí respondió que «nada» y, sin mediar más palabras, recibió el puñetazo.
Varios futbolistas, como Lopo, Bodipo o Taborda, retuvieron a Munúa y evitaron mayores consecuencias. Aouate asegura que se quedó sin reacción tras la agresión sorpresiva. Munúa evitó explicar lo ocurrido, por lo que falta su versión.
El club hizo público un comunicado en el que se remite a la decisión de Lotina (previa charla con la directiva) de «no contar para el partido del domingo con los dos porteros, a la espera de mantener una reunión con ellos la próxima semana». Munúa y Aouate han sido «apartados» del equipo y, según el Deportivo, ni siquiera podrán entrenarse esta mañana en Abegondo, si bien Aouate ya no podía jugar por el hematoma en el ojo. Se trata de una medida «cautelar» del propio Lotina.
Los fabrilistas Fabricio y Manu defenderán la meta del conjunto coruñés en El Madrigal.