Aerodinámica urgente para Fernando Alonso

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Renault apura los días para ofrecer a su piloto estrella un coche que recupere la estabilidad perdida con el R27. Será el último equipo en presentarse en sociedad

09 ene 2008 . Actualizado a las 17:33 h.

Ferrari y McLaren ya han descubierto parte de sus cartas de cara al Mundial del 2008. Renault, en cambio, exprime cada minuto para preparar un monoplaza que haga olvidar el desafortunado R27, un auténtico armatoste que en la escudería francesa prefieren definir con el eufemismo de «vehículo terrestre subóptimo». Así, el R28 recibirá su bautismo público el 31 de enero, solo dos días después del Honda. La tardanza de ambos no es casualidad: son los dos coches que más deben rectificar sobre su última versión.

En el caso del Renault, la consigna es «aerodinámica». Víctima de un grave error en la configuración de su túnel de viento, dio como resultado un coche «sin un buen mapa aerodinámico». «Cuando validamos nuestros datos de simulación en pista a través de nuestros datos del túnel, el resultado eran tiempos por vuelta tan buenos como los de Ferrari o McLaren», recuerda Pat Symonds, director ejecutivo de ingeniería de Renault.

Por eso ahora el equipo de Fernando Alonso debe deshacer sus pasos para volver al mismo punto de partida del 2006, salvo por una diferencia: la adaptación a los neumáticos Bridgestone, algo que parece haber superado en la segunda parte del 2007 de la mano de Kovalainen.

«El cambio de Michelin a Bridgestone fue crítico. Ahí está el ejemplo de Malasia: Fisichella no pudo meterse entre los diez primeros de la parrilla pero había ganado en el 2006. Eso no tenía nada que ver con la marcha de Fernando sino con el coche y las gomas, sobre todo su efecto aerodinámico», explica Symonds. ¿Qué debe pues corregir el R28? Una de sus prioridades es eliminar ese centro de presión ambulante. En el 2007 se dedicaron medio Mundial a domar el monoplaza que subviraba o sobreviraba constantemente. Con los Bridgestone era más difícil frenar el coche y meterlo en curva, mientras las ruedas traseras eran más nerviosas. En definitiva, Renault debe acertar con la distribución de pesos.

Demasiado morro

El morro delantero del R27 fue uno de los aspectos más comentados del último año, cuya mayor carga afectó a la confianza de Kovalainen a la hora de atacar las curvas, un aspecto que no habría sufrido Alonso por su conducción más agresiva. Fue en Mónaco donde Renault dio con la tecla exacta.

Otras incógnitas serán desveladas en la presentación del 31 de enero en París. Sería una revolución que el R28 apareciese con una quilla nula (sistema que une las ruedas al vehículo), igual que el resto de equipos, porque la marca francesa ha sido muy fiel a la quilla en V, con anclajes más bajos de sujeción. Un tema menor es si continuarán los carenados en las ruedas traseras.

El potencial de Renault es una incógnita. Pero ahí está el precedente del 2004, cuando las grandes incompatibilidades entre el motor y el chasis dieron paso a un coche campeón en el 2005. Y cuenta con lo que Flavio Briatore considera el mejor catalizador: Fernando Alonso.