Caída en picado tras la marcha de Quique Sánchez Flores

La Voz

DEPORTES

19 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Juan Soler, presidente del Valencia, decidió darle a Mestalla una alegría y, tras varias pañoladas, destituyó a Quique Sánchez Flores. Por entonces, el Valencia estaba en los puestos que daban acceso a la Liga de Campeones y a solo cuatro puntos del líder. Pero la grada, divorciada del técnico prácticamente desde su llegada, quería que el juego y los resultados mejoraran. Y la directiva decidió prescindir del entrenador para buscar «un técnico de perfil alto». Quizás no cayeron en la cuenta de que esta fue la expresión que usó Florentino Pérez para describir a Carlos Queiroz cuando puso punto y final a la etapa de Vicente del Bosque.

Pero con Koeman la crisis se ha agudizado. El fútbol y los puntos escasean en Valencia. Desde que Soler se hizo con el control del club, en el 2004, gracias a los millones de su empresa de construcción, el equipo no ha ganado ningún título, así que el máximo dirigente de la entidad necesita también que la revolución del entrenador holandés funcione. Porque ahora el objetivo de la ira de la grada no solo es el técnico. Es el palco de Mestalla.