Sea primero o tercero en el Mundial la afición española siempre respalda a Fernando Alonso, como ocurrió ayer en Oviedo. No sólo asturianos, sino gentes de toda España se dieron cita en la capital del Principado para apoyar y agasajar a su ídolo. Si el viernes el protagonista fue Michael Schumacher en la entrega de los premios Príncipe de Asturias, ayer la ciudad estaba engalanada para recibir al doble campeón del mundo.
Alonso estuvo más emocionado y espontáneo que en otras ocasiones, sintiendo más de cerca al público. Quizás era cuando más lo necesitaba. Cuando se gana es fácil tener a todos en la plaza, pero cuando no se gana se valora más el apoyo, y eso hizo Alonso, agradecer más que nunca a la marea azul todo su apoyo. El azul de Asturias se confundió con los miles de gorras de Renault, y la ausencia de insignias de McLaren o Mercedes, algunas de las cuales estaban solo de forma vilipendiada y ridiculizada. La opinión general es que el Nano debería volver a Renault y hacer de nuevo un equipo en torno a él, con posibilidades de triunfo, para humillar un poco más a Ron Dennis, que ha sido el artífice del fracaso de McLaren este año.
Banderas
Alonso confesó haber sentido la cercanía de los aficionados y de España entera en los momentos más duros, cuando se sentía «triste y deprimido», y que gracias a ese apoyo salió adelante. «Las banderas de España y de Asturias hicieron que me levantara todos los días con ilusión, las veía en el recorrido del hotel al circuito», gritó Alonso, que quiso que el homenaje no fuera para él, sino para la afición. Aunque no había ganado el título les dijo que «era una obligación volver a Oviedo» para estar con todos.
«Habéis demostrado algo muy especial que no había sentido nunca ningún piloto de la fórmula 1, y el año próximo intentaré luchar por un nuevo título. Sin vosotros no tendría fuerza para intentarlo el próximo año, y vamos a ir a por ellos», terminó Fernando ante el griterío ensordecedor de la afición.
En los prolegómenos de su aparición pública, el piloto, al que arropaban su padre, José Luis Alonso, y su mánager, Luis García Abad, estuvo acompañado en el salón del plenos del Consistorio ovetense por el alcalde de la ciudad, Gabino de Lorenzo, el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, y el director de la Fundación Príncipe de Asturias. Sobre el Ayuntamiento se extendía un cartel gigante con la leyenda «Gracias Fernando» y una foto del piloto.
Futuro
Sobre su futuro insistió en que no sabe nada, pero quiso aclarar que tiene sus deseos. «Yo tengo mis ilusiones y mis preferencias, y sé lo que quiero, pero no sé si será posible hacerlas realidad», terminó Alonso, que volvió a vivir un día maravilloso antes de comenzar una semana clave en su vida deportiva, con reuniones en Gran Bretaña para dar una salida negociada a su futuro y a sus ilusiones para el 2008 que se prevé muy complicado.