El ruso Efimkin vence en Lagos y es el nuevo líder de la carrera

Redacción digital

DEPORTES

Pereiro aguantó los ataques pero cede 51 segundos con Sastre y Menchov. El gallego del Karpin Ezequiel Mosquera brilló en la etapa.

04 sep 2007 . Actualizado a las 22:51 h.

El ruso del Caisse d'Epargne Vladimir Efimikin ha sido el vencedor en la espectacular etapa con final en Lagos de Covadonga. Efimkin fue uno de los que aguantó de la gran fuga del día, en la que el Karpin Galicia tuvo gran protagonismo. De hecho, Ezequiel Mosquera aguantó casi hasta el final y ha ocupado un puesto de honor, noveno, en uno de los finales más míticos de la Vuelta. El gallego ha terminado a 1.36 del vencedor de la etapa.

Óscar Pereiro ha cedido 51 segundos respecto a Sastre y Menchov, cuyos duros ataques soltaron de rueda a un Evans que ha sufrido para no perder más que unos 20 segundos respecto a los que ya se convierten en grandes favoritos para ganar en Madrid.

Día de gloria para Efimkim en una cima mítica de la ronda española, conquistada a base de fuerza y valentía, a lo campeón, en solitario, con premio añadido del maillot oro de la general. El tercer ruso que se corona en la cima asturiana, después de Tonkov (1997) y Zintchenko (2000)

El corredor de Kuiphsev, escapado con una treintena de corredores desde el km 15, marcó un tiempo de 4h.39.56. A 1.06 minutos llegaron el italiano Leonardo Piepoli (Saunier), el belga Devolder (Discovery), otro ruso, Denis Menchov (Rabobank), el francés Maxime Monfort (Cofidis) y Carlos Sastre. A 1.28, retorciéndose, se presentó el segundo clasificado del Tour, el australiano Cadel Evans (Predictor).

El ascenso a los Lagos dañó ligeramente a Óscar Pereiro, pero sacudió las ilusiones de otros como Gómez Marchante, quien cedió 2.23 y Samuel Sánchez, que llegó a meta a 2.29, diferencias considerables en el primer examen serio de la presente edición.

Efimkin, que consiguió su sexta victoria profesional desde su debut en el 2005 en las filas del Barloworld, anunció que se hará fuerte al frente de la general, en la que aventaja en 1.06, y por este orden, a Menchov, Sastre, Monfort, Devolder y Piepoli. Pereiro, que no aguantó el ritmo de los más fuertes, espera a 1.57.

«Mi hermano gemelo es mejor que yo», fue lo primero que declaró Efimkin cuando se le preguntó por su triunfo, en un alarde de promoción laboral de familiar. Y respecto a sus posibilidades con el maillot oro, tampoco se cortó: «Todo es posible. Cuando gané la Vuelta a Portugal tampoco creían en mi, ahora por qué no puede pasar lo mismo», señaló feliz.

La etapa estuvo marcada por una multitudinaria escapada que se formó en el km 15, en la que se incrustaron gregarios de los favoritos con la idea de trabajar de enganche a la hora de la verdad. El CSC de Sastre mandó a Kolobnev, Sorensen y Vandevelde, el Caisse D'Epargne de Pereiro a Efimkim, Horrach y Chente, el Predictor de Evans a Aerts y Horner, el Saunier de Marchante a Lobato y Litu Gómez y el Euskaltel de Samuel Sánchez a Gaspalsoro y Aitor Hernández.

Poco más de 6 minutos en el km 60 fue la máxima renta de la numerosa excursión, donde todo el mundo colaboraba para llegar al pie de los Lagos con alguna esperanza de éxito. Pasada la capilla de la santina la desventaja del grupo principal apenas llegaba a los 2 minutos. Entonces el ruso Vladimir Efimkim agarró la batuta y despidió a todos sus compañeros de aventura. Se marchó en solitario rampas arriba, hasta la victoria, sin mirar atrás. Pura confianza.

Llegados a ese punto, con 12,6 kms de ascenso al 7,6 de pendiente media, los favoritos asomaron la cara. El CSC tensó la cadena con Iñigo Cuesta al frente. La primera carta de Carlos Sastre sobre la mesa. La que seleccionó a la crema de los favoritos con dos certeros ataques del madrileño que solo contestaron Menchov, Piepoli y Cadel Evans.

Pereiro, Marchante y Beltrán unían sufrimiento mientras veían cómo se alejaban sus rivales. Momento significativo que dejaba al aire el estado de cada uno de los candidatos. Un ataque de Menchov después de La Huesera, la rampa del 15 por ciento, obtuvo la respuesta de Sastre, por lo tanto, pacto de no agresión hasta la meta y a sacar tiempo a los demás.

Evans logró el enganche después de hacer la goma un buen trecho.

La Vuelta entra en Cantabria con la quinta etapa entre Cangas de Onís y Reinosa, de 157 kilómetros de recorrido y un perfil montañoso que auguro una jornada de batalla. Cuatro puertos en el menú: la Collada de Hoz, la Collada de Ozalba y la de Carmona, todos ellos de segunda y uno de primera, la Palombera (1a), cuya cima está situada a 21 kms de meta. Jornada que promete interés.