La Xunta dice que intentará dar a Cal las mejores condiciones de trabajo

DEPORTES

Tras el oro logrado en Duisburgo, el Gobierno autonómico trata de que el piragüista vuelva a ejercitarse en Galicia

14 ago 2007 . Actualizado a las 03:00 h.

redacción | David Cal recibió en el aeropuerto de Dusseldorf la llamada que echó de menos el día en que se proclamó campeón del mundo. Al otro lado del teléfono, Ánxela Bugallo, conselleira de Cultura y máxima responsable del deporte gallego, habló durante unos tres minutos con el piragüista. «Me ha dicho que quería hacer una recepción y que si hay algún problema lo tenemos que arreglar», dijo Cal. Ayer, fuentes de la Xunta manifestaron que lo de llamar al día siguiente es una práctica común, mientras que en la federación recordaron que «en otros casos han llamado casi al instante».

Mientras, la Dirección Xeral para o Deporte dijo que está deseando que David Cal vuelva a entrenarse a Galicia: «Nos gustaría que regresara e intentaremos poner a su disposición las mejores condiciones posibles»

A diferencia de las anteriores grandes citas del piragüismo, a Duisburgo no acudió ninguna representación institucional de la Xunta. En el Mundial de Hungría del 2006 estuvo Santiago Domínguez, por entonces director xeral de Deportes. En Alemania sí estuvo presente el Consejo Superior de Deportes, al igual que el Comité Olímpico Español, éste por medio de su presidente, Alejandro Blanco. A lo largo del día se sucedieron las felicitaciones, pero ninguna llegó procedente de la Dirección Xeral para o Deporte (Marta Souto, la directora, se encuentra de vacaciones), ni de consellería alguna.

Desencuentro

Éste fue el último paso de un desencuentro que comenzó hace tiempo entre los rectores políticos del deporte gallego y los del piragüismo, más el propio Cal y su entrenador. El gallego abandonó antes del verano su estancia en el Centro de Tecnificación de Pontevedra para preparar el Mundial en la pista asturiana de Trasona. Cal rememoraba ayer varias de las razones que lo llevaron a emigrar. Por un lado, los problemas en el comedor. Al campeón no le otorgaban ninguna licencia horaria, teniendo que esperar las colas de los niños que se encuentran internos en el centro y alterando los horarios de su planificación. Igualmente, encontró trabas para la disponibilidad de la sala de masajes. «En más de una ocasión vino el conserje a decirnos que no podíamos estar ahí», dijo Cal. Suso Morlán, el entrenador, manifestó en su día que le ofrecieron que recibiera masajes en un vestuario, en el que la gente se duchaba y en el que había sauna: «Queremos darle un masaje, no electrocutar al campeón olímpico». Fueron dos ejemplos de una serie de problemas que, según Cal, hacían cada vez más difícil el desarrollo de su preparación. También lamentaron la falta de facilidades para trabajar en la pista de Verducido.

Otro de los aspectos que ha enfadado, no sólo a Cal y a su entrenador, sino a varios piragüistas más como Pérez Rial, Prieto y Acuña, ha sido el económico. El entrenador dice que la Xunta le había prometido una ayuda de 12.000 euros anuales durante el ciclo olímpico, que lo hizo ante testigos y que aún no ha recibido nada. En cuanto a Cal, en la Federación aseguran que la Xunta tiene pendiente de pagarle unos 12.000 euros. Los otros palistas también aseguran que se les debe dinero. En parte de las cantidades, la Xunta argumentó que los deportistas no habían solicitado las subvenciones. Éstos dicen que simplemente es una cuestión de voluntad. «Si quieren darlo, lo dan; y si no, no», decía uno de los palistas.

Por otro lado, según responsables de la Federación Española, la Xunta todavía no ha respondido a la solicitud que realizó para que el equipo nacional de canoa, que lidera Cal, pueda usar las instalaciones de Pontevedra el próximo año.