Vinokourov gana y Contador martiriza a Rasmussen

Efe

DEPORTES

El español atacó en ¡seis ocasiones! y el líder estuvo a punto de flaquear.

24 jul 2007 . Actualizado a las 04:41 h.

Las rodillas de Alexandre Vinokourov están llenas de cicatrices, en carne viva todavía alguna de ellas. Saldrá marcado de este Tour de Francia en el que partía como gran favorito para poder ganar y en el que se va a tener que conformar con dos victorias de etapa, de momento, en un tobogán de carrera. Su segundo triunfo lo logró este lunes en Loudenvielle. De Alberto Contador se hablaba muy poco. Ni antes de la prueba, ni siquiera después de los Alpes se podía intuir hasta donde podía llegar. Contador, que atacó ¡seis veces!, avisa cuando le entra el nervio. Baila encima de la bicicleta, con un estilo que hacía mucho tiempo que no se veía. Cuando arranca hace mucho daño. Hay un antes y un después en él desde su accidente en la Vuelta a Asturias. Un percance que estuvo a punto de costarle la vida y que le cambió personalmente. Le fortaleció tanto que la seguridad que muestra ahora mismo asusta en un chaval de 24 años que no parece tener techo. Es otra persona. «He intentado atacarle, pero no he podido llegar a soltarle. Al menos he podido afianzar la segunda plaza. Habrá que descansar y plantear la etapa del Aubisque. Hoy le he visto más flojo que otros días» explicaba el corredor de Pinto, que piensa en dar más batalla. No sabía las veces que había atacado, seis, contando un amago que realizó y que no prosperó. El Tour se ha enamorado de Alberto Contador. Su idilio con esta carrera no ha hecho más que comenzar. El líder, apurado Rasmussen, con un cuerpo más atlético que en ediciones anteriores, también muestra las condiciones de los escaladores puros. El espectáculo que dieron en uno de esos puertos que parecen pegados a la historia del Tour es de lo que se recordará durante mucho tiempo. En seis ocasiones le tentó a Rasmussen y, en las seis, arrastrándose en algunos momentos, el líder le siguió. Hubo un momento, cuando las motos y los coches que iban demasiado pegados a la cabeza de la carrera no midieron bien la distancia, en el que Rasmussen parecía que iba a flaquear. No lo hizo. El maillot amarillo da la impresión de que lo va a aguantar todo, que no hay Contador que le deje tirado este año, a pesar de que son mayoría los que quieren verle sufrir. Un descenso muy rápido, que conducía a un repecho en los tres últimos kilómetros antes de la meta, le iba permitir a Contador no quedarse con las ganas de volver a intentarlo. Rasmussen se pegó a él. No hizo ni un solo intento el líder por distanciar al maillot blanco. O bien se siente muy seguro con la diferencia que tiene en la general o está esperando a la última llegada en alto de este Tour, en el Aubisque, donde la situación podría ser más favorable para él. «He estado muy cerca de quedarme en el último de esos ataques. Contador tiene la mejor aceleración de todo el pelotón del Tour. Ha habido un momento en el que creía que no podía cogerle» afirmaba un Rasmussen que consideraba normal la presión que los medios informativos ejercen sobre él. Ciclismo de ataque «Lance Armstrong también soportó mucha presión y ganó siete veces el Tour», dijo para explicar como lleva ese asunto. Sus respuestas son muy cortas. Es como si tratase de evitar a la prensa lo máximo posible. Toda la etapa fue un canto al ciclismo de ataque, desde su inicio. Atacaron los busca fortunas que querían entrar la ruleta de la suerte que supone ganar una etapa; atacó Vinokourov, atacó Haimar Zubeldia. Sobre todos ellos planeo Alberto Contador, un espectáculo cada vez que los porcentajes en los puertos se inclinan. Johan Bruyneel, su director, dice que «en algunos aspectos físicos y mentales recuerda a Armstrong, pero no es Armstrong. Es un ganador nato. ¿El Armstrong español? Podría serlo». Discovery Channel intentó buscar los puntos débiles de Rasmussen. No los encontró. Planteó la etapa para atacar: «Rasmussen está muy fuerte. Será difícil», afirmaba el técnico belga. Contador se siente fuerte, seguro. La despedida de los Pirineos promete emociones fuertes. Cadel Evans se encuentra ya a 1:37. Las diferencias entre los mejores empiezan a convertirse en una sima. Decíamos que la etapa resultó un canto al ciclismo de ataque desde su inicio, con una de esas escapadas multitudinarias, veinticinco corredores en esta ocasión, que terminaría por llegar a la meta. En ella estaban, entre otros, Vinokourov, Haimar Zubeldia, Rubén Pérez, Juan Manuel Garate, Iñigo Landaluze, Patxi Vila, Juanjo Cobo, Menchov, Navarro, Hincapie y David Arroyo. Una historia que en esta ocasión tuvo un final feliz, para Vinokourov, y también para Haimar Zubeldia, que es séptimo en la general. Euskaltel tiene dos corredores metidos entre los diez mejores, Zubeldia y Astarloza. Mantenerlos ahí sería un éxito.