
Más de tres mil aficionados racinguistas acudieron a la plaza de Armas para participar en el homenaje por el ascenso
25 jun 2007 . Actualizado a las 07:00 h.«Que bote, que bote, que bote A Malata»... cantaban los cerca de tres mil ferrolanos que prácticamente abarrotaron la plaza de Armas para tributar ayer un caluroso y merecido homenaje al Racing por su ascenso a la Segunda División. El nuevo alcalde de la ciudad, Vicente Irisarri, esperó a la expedición racinguista, que llegó desde a Malata en autobús (en esta ocasión al igual que en el 2004 no fue descapotable) a las puertas del Concello de Ferrol. Momentos antes, los aficionados racinguistas allí presentes aplaudieron y se solidarizaron con las representantes de la Marcha Mundial das Mulleres, que leyeron un manifiesto contra la violencia machista. La violencia machista es un problema de todos y todas. Está clarísimo. La música de Supermán sonada por la megafonía cuando la mascota del Racing, el diablillo verde, abrió la comitiva racinguista que subió por las escalinatas que dan acceso a la plaza de Armas desde la calle Real, a donde llegó el autobús racinguista. A continuación, apareció la directiva racinguista, encabezada por el vicepresidente primero del club, José María Criado, y resto de la junta directiva así como equipo técnico del club. Tras ellos entraron los jugadores, todos vestidos con la camiseta verde del ascenso que ellos mismos gestionaron. Ya sonaba por la megafonía el himno del Racing (el tradicional, ya que ahora en A Malata se alterna con el grabado por Paco Montero ) y la plaza de Armas vibró como nunca con tres mil aficionados saltando y coreando el nombre de los campeones: «A Segunda oé, a Segunda oé». Los jugadores que se pararon en las escalinatas que dan acceso al ayuntamiento agradecieron el apoyo: «Con esta afición, a Primera División». El Concello hizo un pequeño acto de cara al público en la entrada del Concello, mientras que a continuación todos pasaron al salón de recepciones en donde se realizó el acto protocolario con la firma en el libro de honor de la ciudad y entrega de recuerdos