«Muchas gracias a la gente de España. Me voy después de seis entrenadores, cinco presidentes y cuatro casas. Pero he tomado esta decisión porque mi contrato con el Real Madrid terminaba este verano y no me iban a renovar. Tenía que tomar una decisión, aunque me hubiera gustado jugar dos o tres años más». Éstas fueron las primeras palabras de la última rueda de prensa que ofreció ayer David Beckham como jugador del Real Madrid. Tras cuatro años en la entidad blanca, aclaró que no hay vuelta atrás y que en su contrato con el club estadounidense de Los Ángeles Galaxy no hay ninguna cláusula que le permita romperlo para quedarse en Madrid. El inglés precisó que Ramón Calderón no había intentado en ningún momento evitar su marcha del club y que ni siquiera se había puesto en contacto con él en las últimas semanas. «En enero me informaron de que no me iban a renovar y mis opciones estuvieron entonces en Estados Unidos», manifestó. «Me entristece irme del Real Madrid. No he ganado nada en cuatro años, algo que espero que cambie este domingo. Aunque no quiero arrepentirme de las cosas que hecho ni de la decisión que tomé», resaltó el futbolista inglés, quien añadió que la actual es la temporada «más dura» que ha vivido. Beckham se mostró diplomático y no habló mal de nadie, ni siquiera de su entrenador, Fabio Capello, quien llegó a separarle del equipo por haber fichado con el club norteamericano: «Es un entrenador al que respeto muchísimo. Todo el mundo piensa que había algo más de lo puramente deportivo cuando me dejó fuera del equipo, pero ahora no es el momento de hablar de eso».