El Zaragoza derrota al Barça y reanima la Liga

Patricia Blanco
Patricia Blanco ZARAGOZA

DEPORTES

CÉSAR RANGEL

Subtítulo de cuerpo 17 para titulares a tres columnas

07 abr 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

El Barça perdió en Zaragoza y dio vida a sus perseguidores por el liderato de la Liga. Frank Rijkaard intentó sorprender de nuevo a Víctor Fernández. Como hiciera el 28 de febrero en la Copa del Rey, retocó el sistema para dejar sólo tres defensas y jugar con cuatro centrocampistas. Pero, al contrario que en la competición del k.o., el técnico aragonés evitó el fútbol avasallador de los azulgrana. El Zaragoza comenzó a presionar muy arriba, sin dejar que el Barcelona construyera su fútbol, a pesar de tener mayor número de jugadores en la zona de creación. Sólo se dedicaba a sacar balones y evitar que un inspirado D'Alessandro y Sergio García (¡qué problemas le dio a Rijkaard la posición del canterano culé, escorado a la derecha !). Tal era la incapacidad del Barça, que tardó más de un cuarto de hora en tirar a puerta. Además, el sistema del holandés no beneficiaba a sus hombres. Con la ausencia de la pelota, el Barça no crea fútbol ni ocasiones. Y si, además, Ronaldinho apenas entra en juego, es imposible que dos flechas como Giuly y Messi reciban en profundidad. Con estos mimbres, el Barça estaba en manos del conjunto maño, que si no es por Víctor Valdés hubiera conseguido adelantarse por medio de Diogo y D'Alessandro. Cambio de esquema Era un monólogo zaragocista plagado de velocidad, con un Barça que intentaba responder pero no sabía cómo. En el descanso, Rijkaard dio con la tecla: volver al origen. Tras el descanso, el técnico blaugrana recuperó el 4-3-3 para intentar despertar a sus estrellas. El cambio táctico sirvió para que el Barcelona dominara el balón, su bien más preciado. Así, los visitantes se lanzaron a tumba abierta sobre la portería de César. Era la oportunidad para que las estrellas despertaran. Pero no lo hicieron. Ni Ronaldinho, Messi y Giuly aparecieron. Sólo el argentino, en una doble ocasión de Gudjohnsen, apareció con cierto peligro. Fue la mejor oportunidad del Barça y la contestación al gol de Diego Milito. En un error defensivo de los barcelonistas, muy pasivos tras un saque de esquina, D'Alessandro logró centrar el balón a su compañero, que metió la pelota en la portería con la ayuda inestimable de Valdés. Después de este triunfo, el Zaragoza se acerca a los puestos de Liga de Campeones.