Dos goles del brasileño y uno de Saviola remontaron al Zaragoza
12 nov 2006 . Actualizado a las 06:00 h.El Barça acogió con sumo agrado el regreso estelar del mejor Ronaldinho para imponerse al Zaragoza (3-1) y recuperar el liderato de la Liga. Tras marcar de cabeza en la primera mitad, el brasileño dirigió un obús magistral para encarrilar la victoria azulgrana en un duelo repleto de ingredientes que los locales arrancaron a todo gas. Un inicio que no le sirvió de nada por culpa de un error garrafal de marcaje que removió las entrañas del partido. Durante quince minutos, el Zaragoza estuvo a merced del Barça. Los catalanes actuaban como un bloque moviendo el esférico con paciencia y provocaban más de un susto en los aledaños de César. El Barça desperdició ese control en un imperdonable olvido. El descuido de Márquez en la marca lo aprovechó a la perfección Gabi Milito para dejar helados a los azulgrana. La primera ocasión que el Zaragoza trenzaba cuatro pases seguidos acababa en un saque de esquina y en el posterior tanto del central argentino. La ventaja aragonesa resquebrajó el partido. El Barça se sintió desubicado y algo perdido ante el ritmo de ida y vuelta impuesto por el Zaragoza. Sólo el infortunio de las lesiones bajó la tensión del choque. Messi, Celades y Edmílson tuvieron que ser reemplazados con problemas de diversa índole, aunque el argentino fue el peor parado. Pasado el temporal de la desgracia, el partido recobró la igualdad con otro regalo. Esta vez Ponzio olvidó el marcaje de Ronaldinho permitiéndole al brasileño anotar otro gol de cómodo testarazo. Al margen del tanto de empate, la mejor noticia para el Barça era la vuelta de Ronaldinho. Su trabajo físico empieza a dar sus frutos, como demostraría en el tramo final del partido. Sin dueño El esperado duelo entre los dos mejores ataques de la Liga decaía a marchas forzadas. Ni el Barça lograba imponer su juego de toque ni el Zaragoza su velocidad. Ambos parecían más preocupados por no desguarnecer en exceso su estructura que en lanzarse a tumba abierta por la victoria. El partido se despertó con la polémica expulsión de Motta, que se fue a la calle por un manotazo a Diego Milito. El argentino exageró su pugna con el mediocampista local. Tres minutos después, Iturralde tuvo la oportunidad de equilibrar fuerzas tras un claro agarrón de Gabriel Milito a Saviola cuando el argentino encaraba la meta de César. El festival desbocó el tramo final hasta la brutal aparición de Ronaldinho. Su lanzamiento de falta limpió la escuadra de César y acabó con la resistencia maña. Un recital magnífico cerrado con otro prodigio de golpe franco que se estrelló espectacularmente en el larguero y que Saviola, en claro fuera de fuego, aprovechó en el rechace para elevar el tercero a la cuenta azulgrana.