Manzano le abre las puertas y ya espera al secretario técnico
08 sep 2006 . Actualizado a las 07:00 h.Un golpe de efecto. Eso es lo que persiguen Diego Tristán y el Mallorca entrenado por Gregorio Manzano. La presencia del delantero como nuevo jugador mallorquinista en el Ono Estadi mañana durante el partido contra el Deportivo es considerada desde la isla como una baza psicológica en el enfentamiento liguero entre ambos equipos. Sin embargo, el fichaje de Diego por el cuadro bermellón todavía está en fase de negociación, con Inglaterra en la recámara. Ayer, el técnico del equipo balear abrió las puertas al delantero andaluz y ambas partes esperan que el secretario técnico Nando Pons regrese de sus vacaciones para zanjar las conversaciones, aunque por el momento el tema lo lleva Pere Terrasa, el gerente del Mallorca. El club balear puede contratar a Diego fuera del plazo porque dispone de fichas libres. Y el jugador puede fichar por el Mallorca al abrigo de una normativa europea que defiende el derecho al trabajo. Durante la jornada de ayer, la negociación de Tristán con el Mallorca se hizo pública en la boca del entrenador del próximo rival deportivista, Gregorio Manzano. El técnico dijo: «Para mí, es un gran jugador. Si se me plantea, lo valoraré». Aunque aseguró que «puede haber novedades» al regreso del secretario técnico, Manzano adelantó la línea que seguirá el Mallorca. «En Tristán concurren una serie de circunstancias que predisponen para que el club haga una oferta hacia él», explicó. Segunda tentativa En el transcurso del mercado de verano, el Mallorca ya se planteó la posibilidad de incorporar a Diego Tristán, pero las exigencias económicas del Deportivo parecieron excesivas a la directiva del club bermellón, que ahora podría formalizar el fichaje del atacante sin necesidad de tener que pagar cantidad alguna en concepto de traspaso. Semanas después de la primera toma de contacto, Diego ya negocia con la carta de libertad en la mano. Debido a ello, el jugador intentará percibir una prima de fichaje, lo que supone uno de los obstáculos por los que el Mallorca demora el sí.