Di Luca vence en La Covatilla y viste su primer maillot oro

Benito Urraburu BÉJAR

DEPORTES

JOSE JORDAN

Pereiro perdió cinco minutos y casi todas sus opciones de triunfo

30 ago 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Fue una lucha entre hombres con necesidad de vencer. La sierra de Béjar, La Covatilla, nos ha permitido ver el presente, el pasado y el futuro del ciclismo. El pasado ganó por medio de Danilo di Luca. El presente se llama Andreiy Kashechkin, kazajo del Astana, que es el cerebro gris de todo el grupo. El futuro ya tiene nombre y se llama Janez Brajkovic. El calor y el ritmo hicieron estragos en la primera etapa montañosa de la Vuelta. Venció en La Covatilla, que hasta el momento sólo había tenido ganadores españoles, Danilo di Luca, de 30 años de edad, un corredor que cuando llegó al mundo profesional lo hizo en plan estrella. Como a otros muchos corredores, intentaron llevarlo hacia las carreras de tres semanas y se hundió. Luego probó en las clásicas y tampoco le fueron bien las cosas. Necesitó ocho años para conseguir ganar una prueba por etapas de prestigio internacional. Fue la Vuelta al País Vasco del año pasado. Decir que el esloveno Janez Brajkovic es una promesa no es nada nuevo. El campeón del mundo contrarreloj sub-23 en 2004, que pesa 55 kilos, domina todos los terrenos. Ha sido quinto en la Vuelta a Suiza y en la Volta a Cataluña. Tras ellos llegó Ángel Gómez Marchante, el Pimiento, que buscó el triunfo pero llegó muerto: «Casi me caigo de como iba». No fue una buen día para el ciclismo español. Alejandro Valverde y Carlos Sastre mantuvieron el tipo. Lo suyo es la general y aunque quisieron, no lograron meterse en la pelea por la etapa. Valverde, como siempre, tuvo que dar la cara, y Sastre aprovechó el trabajo inicial que le hizo Íñigo Cuesta. Están en una situación de privilegio, al igual que Samuel Sánchez, que se quedó en la ascensión como único líder de Euskaltel. Ellos sobrevivieron a la primera jornada de montaña, que siempre se le indigesta a muchos corredores. Otros no lo consiguieron, como Óscar Pereiro. Al gallego se le vio pasarlo mal en las primeras rampas, se descolgó pronto del grupo delantero y perdió más de cinco minutos. ¿Adiós a la Vuelta? Con Pereiro nunca se sabe, pero seguro que estará muy vigilado. Iban Mayo fue de los que mejor amortiguó su caída, al ceder 1.44; Vinokourov se dejó 2.13; Denis Menchov, 3.37; Haimar Zubeldia, 6.10. La limpieza en la general ha resultado llamativa. En La Covatilla, los ataques más sólidos fueron los de Di Luca, Marchante y Valverde, en distintas fases. El italiano buscó lo que perseguía, la etapa; Marchante no lo logró y Valverde se ha situado, como Sastre, en una posición de privilegio. Las llegadas a El Morredero y La Cobertoria no se parecerán mucho a lo que hemos visto en la sierra bejarana. La carrera sigue muy abierta. Y el mismo líder ya se apresuró ayer a afirmar: «Vine a la Vuelta a buscar una etapa y ya la he conseguido. No voy a luchar por la general». «Tampoco hay que sacar muchas conclusiones con toda la carrera por delante», dijo Sastre.