Dépor y Betis escenifican un miniderbi andaluz en Riazor

José M. Fernández A CORUÑA

DEPORTES

Caparrós, un reconocido sevillista, revivirá su rivalidad con el equipo verdiblanco.

20 sep 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Para Caparrós y Tristán, un miniderbi andaluz en territorio gallego. Para el Deportivo, un compromiso capaz de impulsar aún más el esperanzador inicio liguero y un golpe de rebeldía ante las primeras contrariedades de la temporada. Enfrente, el Betis, un recién llegado a la Liga de Campeones, el lugar en el que estuvo se instalado el cuadro coruñés durante el último lustro. A Joaquín Caparrós le hierve la sangre roja cuando se enfrenta al Betis; Diego Tristán se motiva de forma especial (cinco goles en ocho partidos) ante el equipo en el que dio sus primeros pasos, pero que finalmente despreció su talento. Ahora, el delantero quiere darle una alegría a sus amigos y familiares (sevillistas). Hasta aquí el envoltorio. La realidad es más mundana. El técnico deportivista ha encontrado en su eterno rival un buen argumento para dar otra vuelta de tuerca a su conocido discurso del compromiso y la motivación. De su boca no ha salido ni un atisbo de posible excusa por las secuelas de la batalla de Mestalla; sólo le sirve sumar y parece difícil que en público muestre un signo de debilidad. Definitivamente, pierde el efecto Munitis por un par de ingenuas tarjetas amarillas, y los dos recambios (Momo y Carril) están lesionados. Así que al técnico andaluz no le ha quedado otro remedio que realizar una jugada de dominó en la que el único, y significativo, cambio debe ser la entrada de Coloccini como acompañante de Andrade. Romero pasará a la izquierda y Capdevila adelantará su posición. El resto, el equipo que se impuso al Atlético y que aguantó con empeño ante el Valencia. Tampoco la motivación extra de Diego Tristán debe de mover a engaño. Familia y amigos al margen, el delantero andaluz necesita confirmar que vuelve a ser la referencia ofensiva de un equipo con poco gol. Serra Ferrer, que lo conoce de su etapa en la cantera bética, también se refirió ayer al delantero andaluz: «Si recupera la autoestima es un buen jugador». Si la capacidad goleadora del Dépor está bajo sospecha, qué decir de la de un Betis al que un solo tanto (y de penalti) le ha servido para sumar cuatro puntos en tres partidos. A su favor, el que sólo ha encajado un gol. El equipo de Serra Ferrer llega a Riazor con los ecos del viejo debate de las rotaciones y con Oliveira como único delantero (Dani y Edú están lesionados). Si el dilema ofensivo está claro, el resto es una auténtica incógnita: cambios defensivos, las dudas de un Joaquín irregular y un par de novedades en el centro del campo. Y Assunçao, el artillero que puso a prueba la resistencia de las porterías de Riazor un 1 de septiembre del 2002, el día de su debut en España y del único triunfo bético en territorio blanquiazul con ambos equipos en Primera División.