Los piragüistas gallegos protagonizaron unas finales apretadas
26 jun 2005 . Actualizado a las 07:00 h.No podía ser de otra manera. El piragüismo proporcionó las primeras medallas gallegas en los Juegos del Mediterráneo. Dos platas, de la mano de Carlos Pérez Perucho y Teresa Portela, ambos en K-1 500 metros. El primero salió con fuerza en su final y encabezó la prueba acompañado muy de cerca por su compañero en el equipo nacional Saúl Craviotto, pero el empuje del francés Jouve que dio un fuerte tirón provocó que el pontevedrés adelantase su cambio de ritmo, lo que acabó pagando en la recta final. De hecho, estuvo muy cerca de perder la medalla en favor del italiano Facchin y del propio Saúl. Finalmente amarró la plata con 67 milésimas de ventaja sobre el italiano. Más emocionante fue la final femenina en la que participó Teresa Portela. Un dato lo ilustra: las tres medallas se repartieron en menos de cien milésimas. La piragüista de Aldán lideró la prueba de principio a fin en el Canal almeriense, y sólo cedió la primera plaza en la misma línea de llegada. La piragüista que entrena Suso Morlán rompía así una prolongada sequía nacional de medallas de plata en distancia olímpica en un K-1 femenino en competición internacional. Los dos metales gallegos se sumaban al oro español conquistado un día antes en el K-2 1000 metros por el andaluz Pablo Baños y el asturiano Javier Herranz. Pero tras el doble éxito gallego aún quedaba una medalla más para la delegación nacional. Fue otra plata en el K-2 500 metros, lograda por Fran Llera y Damián Vindel, que llegaron a meta por detrás de los croatas Stjepan y Mico Janic. En la misma final, el gallego Iván Domínguez y Omar Calzón quedaron relegados a la séptima plaza, a dos segundos y medio del podio al que también aspiraban.