El reino de las promesas del deporte gallego

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo LALÍN

DEPORTES

Cerca de 4.000 jóvenes recrearon a escala el espectáculo de los grandes Juegos en Silleda

15 may 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Cada cuatro años los Juegos Olímpicos originan en nuestro país un extraño fenómeno digno de estudio sociológico. Amplificado por unos medios de comunicación con conexiones permanentes en tiempo real, la gran cita del deporte mundial genera una masa de adictos que siguen con igual interés la halterofilia que el baloncesto, y el tiro olímpico o la hípica que el atletismo. En los Juegos Olímpicos a todos los deportes se les encuentra su puntito , bien es cierto que con el interés por las posibles medallas nacionales como enganche. Entrar en el recinto de la Feira Internacional de Galicia producía una sensación similar en el espectador de la Olimpiada Escolar que en los últimos tres días se celebró en Silleda. En este caso los ganadores eran lo de menos. La propia filosofía de la competición, organizada por la Secretaría Xeral para o Deporte, le confería a la competitividad un papel secundario. Lo grande de esta Olimpiada fue que enseñó tanto a los niños como a sus familiares que todo deporte es un simple juego en el que la diversión, y no el vencedor, es lo más importante. Y que hasta el deporte más aparentemente soso puede convertirse en un espectáculo con el que pasar un buen rato. Porque cuando uno entraba en el recinto silledense lo único que no podía era aburrirse. Si su abuso es insano, no es menos cierto que la competitividad entre los más jóvenes permite a los que no lo somos tanto alucinar con lo que unos niños pueden hacer con un balón, un aro, un arco o simplemente con sus movimientos de piernas, brazos y caderas. De este modo el recinto ferial era para el espectador de la Olimpiada Escolar una especie de gran pantalla con 24 canales, los mismos que modalidades deportivas tenía el programa, en el que ese forofo olímpico que casi todos llevamos dentro podía zapear sin descanso con sólo dar unos pasos. Y sin saber reconocerlos, ver en acción a algunas de las más firmes promesas del deporte gallego, que algún día transformarán su ahora simple afición en una actividad profesional. Quién sabe si por Silleda habrá pasado un futuro David Cal del kárate, el bádminton o la gimnasia. Ya se verá. Porque si alguno de los participantes llega a unos Juegos Olímpicos mundiales son legión los padres que podrán ofrecer sus imágenes de niños, grabadas desde las gradas de Silleda. Las grandes cifras hablan de casi 3.800 niños en competición el pasado fin de semana en Silleda, unas 1.000 personas entre la organización, los árbitros y los responsables federativos, técnicos y voluntarios, y alrededor de 20.000 asistentes, contando a los anteriores. Una participación de altura de la que los resultados de los partidos y las partidas, las peleas y los ejercicios se pueden consultar en la página en Internet www.deportegalego.es. Una iniciativa que ya prepara de cara al próximo año otro gran éxito deportivo.