
El reglamento de la Federación no estipula distancias entre campo y barandillas
25 abr 2005 . Actualizado a las 07:00 h.Escenario del dramático suceso. La distancia de la cal con la valla oscila entre los 60 y los 160 centímetros. Como se aprecia en la imagen, la distancia entre la banda y la valla apenas supera el metro. Además de vallas, el complejo herculino cuenta con campos cercados por muros muy próximos. Otra valla a escasos centímetros del rectángulo habilitado para el juego. Recinto donde se entrena el Ourense, la barandilla se ubica a metro y medio de la línea de fondo. La línea de banda está a metro y medio de la separación del público. La del fondo, a dos y medio. La joven plantilla del Lalín nunca olvidará la última jornada de la Liga Nacional Juvenil. La pérdida de la categoría se tornó en una mera anécdota después de ver a uno de sus compañeros, Alberto Ferradás Souto, al borde de la muerte tras entrar en coma poco después de su partido en Vigo frente al Colegio Hogar. Una barandilla demasiado cercana al terreno de juego y el ímpetu de un chaval se conjugaron en un desenlace que, por suerte, parece apuntar hacia un final feliz para el futbolista dezano. Corría el minuto 30 del partido cuando Alberto acabó en el fondo del área rival en la pugna por un balón. Sin espacio para frenar, Alberto se golpeó el cuello, el lateral izquierdo de su cabeza y la mandíbula contra la barandilla que cercaba el campo. Dos escasos metros separan la línea de demarcación del terreno de juego y la barra de hierro a la altura de las porterías, para estrecharse hasta el metro y medio en los puntos de córner. El chaval se paró unos segundos y regresó al partido, para acabar la primera parte jugando. Pero al final del descanso ya pidió el cambio a su entrenador porque le dolía la zona contusionada. Cuando se dirigía con sus compañeros al autobús perdió el conocimiento. El técnico del Lalín, llamó inmediatamente al 061, que trasladó al futbolista al Xeral Cíes en estado de coma. Los médicos temieron el domingo por su vida al entrar en el hospital con fuertes convulsiones y sin signos de hematomas ni hemorragias. Por suerte su evolución era ayer favorable. Fuentes del Sergas informaron de que Alberto Ferradás sufre un traumatismo craneoencefálico y que permanece con respiración asistida. El presidente del Lalín, José Manuel Bahamonde, añadió por la tarde que el chaval había salido del coma, que por momentos estuvo consciente pero que sigue sedado y en la UCI. El coordinador de las secciones del Colegio Hogar, Zunzunegui, apuntaba ayer: «Nunca hemos tenido ninguna comunicación de la Federación Gallega ni ningún árbitro que nos dijese que nuestro campo no reunía las condiciones para jugar un partido, las vallas están a la distancia normal que se puede encontrar en cualquier otro campo de fútbol base». Ante casos como el sufrido por Alberto, el reglamento de la Federación Española de Fútbol, marco bajo el que se rigen las competiciones autonómicas y provinciales, no contempla medidas de separación entre el campo y las vallas que lo delimitan. En su artículo 265.2 recoge que «la separación entre el terreno de juego y el público mediante vallas, fosos u otros elementos homologados por la RFEF deberán ser fijos o de fábrica, sin que se acepten instalaciones portátiles o provisionales». Nada en relación a las distancias. Posteriormente, el punto 4 excluye de los elementos anteriores a los clubes «de Tercera, adscritos a competiciones nacionales juveniles y de fútbol femenino».