A man dereita de Lotina

Víctor López VIGO

DEPORTES

02 ene 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

El equipo revelación de la Liga tiene un toque gallego con la presencia del ex preparador del Celta en el banquillo periquito. El Espanyol se ha convertido en el equipo revelación de la Liga en la primera vuelta del campeonato. Lotina aparece como el responsable de este gran año periquito pero su sombra es gallega, la de Eduardo Domínguez. Ambos renovarán con el equipo blanquiazul este mes, quedando más de una vuelta para que termine la temporada. Y esto parece un buen síntoma. El ahora preparador físico del club catalán dejó el Celta después de nueve años. La primera razón es que terminaba contrato y le ofrecieron quedarse reduciendo su sueldo a la mitad. La segunda, que Lotina le llamó y no dudó en imponer su presencia para juntos ocupar el banquillo de Montjuïc. Curiosamente, Víctor Fernández también se lo había querido llevar al Betis al dejar el Celta, pero el club vigués le obligó a cumplir su contrato, o pagar una cláusula de indemnización de cincuenta millones de las antiguas pesetas si quería irse. Se quedó y su relación con Lotina pasó de la obligación profesional a un binomio que ahora parece difícil que se rompa. «Llevamos un año y medio juntos y parece que son diez por lo compenetrados que estamos». El apoyo que siente el técnico por parte del preparador vigués se explica según Domínguez en que «creo que el entrenador necesita en muchos momentos alguien de confianza que le ayude en el aspecto psicológico. Lotina confía en mí y sabe que no le voy a fallar. Esto es lo que crea ese binomio. Te conviertes un poco en la mano derecha ya que ahora el segundo entrenador suele ser de la casa y es el preparador físico el que viene de fuera con el técnico». A excepción de con Radomir Antic, todos los técnicos con los que ha trabajado Domínguez le han hecho sentirse un colaborador directo en el que se valoran sus opiniones. «Fernando Santos me enseñó muchísimo y me hizo ver cómo era el fútbol profesional». También compartió banquillo con Javier Irureta y asegura que «nuestra función era darle una visión crítica y en momentos hacerle ver que podía estar equivocado. En los viajes, concentraciones..., hay muchos momentos en los que yo opinaba y siempre a gusto». El Espanyol llevaba tres años salvándose en el último momento. Este verano decidieron una reestructuración de la parcela técnica que Domínguez considera una de las claves del éxito del club en este momento. «Ellos decidieron quién iba a ser el entrenador y luego conjuntamente con él confeccionaron el equipo. Allí me decían que llegaba a un club modesto, pero no lo es. En este club uno friega un plato, otro lo seca y otro lo coloca en su sitio. Hay un profesionalismo elevadísimo». El preparador vigués señala que cuenta con una sala de edición de vídeo con seis monitores y un equipo de montaje que graba todos los entrenamientos y selecciona aquellos movimientos o jugadores que Domínguez o Lotina solicitan. Esto mismo sucede con los partidos de cada jornada en Liga o Copa.