Carlsen, niño prodigio del ajedrez, en Sanxenxo

Marcos Pichel PONTEVEDRA

DEPORTES

Con 13 años es el gran maestro más joven del momento

18 nov 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

El ajedrez es un deporte diferente, en el que el talento y la creatividad son fundamentales. ¿Hay una edad límite para el talento? Grandes maestros que triunfan con 70 años, el número uno mundial rondando los 40... y desde la infancia vienen pegando fuerte. Magnus Carlsen es el gran maestro más joven del momento. Tiene sólo 13 años y proviene de un país que no destaca por su nombre en el mundo del ajedrez: Noruega. ¿Dejar uno de los países con mayor nivel de vida del mundo y venir a España? Eso es lo que ha hecho la familia de Magnus, pero para competir, no para vivir. Todo empezó en Mérida. El club emeritense de ajedrez Magic ascendió este año a la máxima categoría del ajedrez hispano, en la que compiten algunos de los mejores ajedrecistas del mundo. Para dar el salto, en el equipo se plantearon un fichaje de relumbrón, un jugador mediático. En los círculos ajedrecísticos, para los que Internet es una herramienta fundamental, sonaba con fuerza el nombre de un niño noruego que ganaba prestigio torneo tras torneo. En abril consiguió ser gran maestro, el más joven del momento, y a una edad más temprana que Boby Fischer, uno de los mayores genios de la historia en este deporte. Fútbol y tablero Internet fue el vínculo. Desde Mérida escribieron un mensaje a su entrenador, Simen Agdestein (que además de ser gran maestro y todavía mejor jugador noruego, ha sido futbolista internacional con los nórdicos), preguntando si podrían ficharlo. Magnus es un enamorado del deporte, del fútbol. Ayer, antes de comenzar el campeonato, iba a jugar al tenis. El padre de Magnus intentó que el niño, a los cinco años, aprendiera a jugar al ajedrez, porque veía en él talento, pero no lo consiguió. Aprendió a jugar solo, cuando ya tenía ocho años. A esa edad, en su primer torneo, quedó el decimotercero, pero al año siguiente arrasó. Fue subiendo peldaño a peldaño. Con diez años era el mejor sub-16 del país; con 11, ya era el mejor sub-20 y alcanzaba nivel internacional: había que viajar. Sus padres decidieron tomarse un año sabático, del verano del 2003 al del 2004, y acompañar al niño por toda Europa en coche. Pusieron su casa en alquiler, vendieron el segundo auto y se dedicaron a viajar con Magnus. Eso sí, no descuidan su educación. «El colegio es lo más importante, después puede jugar al ajedrez», afirma su padre. Para crecer, un ajedrecista debe enfrentarse a los mejores. Y en España están las competiciones de mayor nivel. La propuesta de Mérida, apoyada por la Junta de Extremadura con 3.000 euros, llegó en el mejor momento. El entrenador y los padres de Magnus aceptaron. Seguirá viviendo en Noruega, pero vendrá a competir a España. El campeonato nacional por equipos, que comenzó ayer en Sanxenxo, es solamente el comienzo de su etapa ibérica.