Beckham vuelve a salvar al Madrid

La Voz J. P. | MADRID

DEPORTES

PIERRE-PHILIPPE MARCOU

Otra falta ejecutada por el inglés otorga a los blancos tres puntos balsámicos. El Osasuna permitió a los locales jugar muy cómodos y aparcar su crisis

22 sep 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Un golpe franco transformado por David Beckham volvió a ser el arma del Real Madrid para reencontrarse con el triunfo, en este caso ante un timorato Osasuna, y aliviar en parte sus penas y sus males tras las dos derrotas seguidas y la salida del banquillo de Camacho. El inglés, que apenas se había hecho notar en el partido, resolvió con un preciso derechazo, como frente al Numancia en la segunda jornada, un partido en el que los madridistas mejoraron por momentos anteriores prestaciones y en el que sufrieron el juicio de la hinchada tras los acontecimientos de las últimas horas. El Bernabéu dictó sentencia desde los prolegómenos con sus constantes abucheos y pitidos para los jugadores, para ellos los culpables de la situación de crisis, aunque el centro de las iras fue Roberto Carlos. El encuentro fue complicado para el brasileño justo el día que se convertía en el extranjero con más partidos ligueros jugados empatado a Alfredo di Stéfano. Toda una paradoja. Casi interesaba tanto la respuesta del graderío a cada momento, a cada acción, que lo que ocurría en el terreno de juego, donde este nuevo Real Madrid, atenazado y con escasos recursos de fútbol verdadero, no podía realmente con un Osasuna que tampoco dio la impresión del equipo que goleó la pasada temporada. Fue Albert Celades el que intentó guiar una nave blanca con numerosas novedades por lesiones y sanciones, que no pasaba apuros pero que no enganchaba a un público enfadado. García Remón sufrió su primer contratiempo con la temprana lesión de Solari en su rodilla derecha. El argentino tuvo que retirarse muy pronto y el nuevo entrenador madridista echó mano de los galones de veterano de Morientes y mandó a Raúl a ocupar la banda izquierda. Y entre ambos delanteros internacionales levantaron algo el diapasón de su equipo y, entre pitido y pitido a Roberto Carlos, se ganaron al público para su causa y el Osasuna comenzó a sufrir algo. Figo, tras una conexión con Morientes, dio el primer aviso serio, y en una doble ocasión seguida Raúl envió a la escuadra y Sanzol salvó una buena volea de Celades. Fue el minuto de oro del Real Madrid en el primer periodo, aunque la fortuna le fue esquiva y volvió el tedio. Los jugadores de García Remón no enderezaron el rumbo hasta que Beckham volvió a enganchar un perfecto lanzamiento de falta. Los madridistas lo celebraron como en las grandes ocasiones. El gol castigó al timorato Osasuna. Ni Milosevic ni Aloisi, la pareja atacante del cuadro navarro, dieron señales de vida hasta el final, todo un síntoma de lo poco que hizo su equipo durante la mayoría de la contienda. Se comportaron como el rival perfecto para remontar el vuelo.