El Valencia perdonó y el Madrid planta un pie en semifinales

José A. Pascual MADRID

DEPORTES

JUANJO MARTÍN

Raúl abrió el marcador con un gol de cabeza a pase de Solari

21 ene 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

El Valencia tuvo en sus botas, principalmente en las de Mista, el hacerle un roto al Real Madrid en el Bernabéu, pero el conjunto de Carlos Queiroz, liderado por Raúl y por la efectividad de Ronaldo, sacó un marcador mucho más abultado que el que mereció y que le sitúa con un pie en semifinales. Ambos equipos fueron fieles a sí mismos. El de Rafa Benítez se expresó como un bloque, como una maquinaria que funciona con precisión suiza. Y el de Carlos Queiroz, con el lastre de no contar con Zidane, como el ejemplo del desorden y la improvisación, pero con recursos que proceden de la calidad de algunos de sus hombres. Por eso mandó el Valencia casi a su antojo con escasos momentos de clarividencia madridista, pero careció de pegada y hasta de fortuna para transformar las grandes ocasiones generadas. A Guti y Beckham les costó de salida llevar el peso, tanto en ataque como en defensa. El cuadro valenciano, muy junto y muy ordenado, hizo prácticamente lo que quiso hasta los últimos metros, en los que les falló el remate, sobre todo en acciones de Albelda y Mista, a quien incluso Helguera -bastante bien en su vuelta al centro de la zaga- le sacó un balón en la línea de gol. Pronto surgió Raúl para rubricar la única acción ligada y con intención del Real Madrid. El capitán, que remachó con un perfecto testarazo un envío de Solari, fue otra vez el encargado de tirar del carro y de despertar a un equipo que sufría ante la movilidad y categoría de Aimar, el trabajo de Albelda, Baraja, Rufete y Vicente, y la seriedad del bloque defensivo. El descanso no modificó el panorama porque el Valencia mantuvo el control, aunque con menos remate, porque el conjunto de Queiroz creció algo en la presión con un Solari incansable y Guti manejó más y mejor el esférico. Un disparo desviado del zurdo madrileño, la primera aparición de Ronaldo ante Ayala y una protesta de un hipermotivado Raúl despertaron un partido que los hombres de Benítez comenzaban a dormir, con sabiduría, conscientes de su poder y de que tenían la vuelta en su feudo de Mestalla. Los cambios de Benítez sí que rompieron el tempo del Valencia y en el ida y vuelta en que se convirtió el choque salió ganando el Real Madrid con un Ronaldo otra vez letal, que aprovechó un balón suelto para superar a Palop y establecer el 2-0 con precisión matemática. El marcador era un castigo para un Valencia que pagó muy caros los errores en el remate, que pese a ello mantenía sus opciones de dar la vuelta a la eliminatoria en Mestalla, pero lo fue más cuando el colegiado decretó un más que protestado penalti de Marchena a Raúl.