El sorteo de los octavos de final de la Liga de Campeones deparó el enésimo duelo entre Real Madrid y Bayern de Múnich, un clásico europeo entre dos rivales que se han enfrentado en tres eliminatorias directas desde la temporada 1999-00. Españoles y bávaros protagonizarán uno de los duelos estrella de los octavos de final de la Liga de Campeones y revivirán los intensos enfrentamientos de las últimas temporadas con la inclusión de nuevos protagonistas, como el ex deportivista Makaay o Beckham. El Bayern es cuarto en la Bundesliga, a seis puntos del Stuttgart, y sudó sangre para entrar en la ronda de octavos. Lo consiguió con un tanto de penalti de Makaay ante el Anderlecht en el último partido y después de sumar sólo dos victorias en la primera fase. Antes del choque de octavos, el conjunto alemán espera recuperar a algunos lesionados como Scholl, Deisler, baja por depresión, o Jeremies. Uli Hoeness La presencia de Beckham añade más morbo al encuentro, ya que su fichaje por el conjunto de Florentino Pérez provocó los desaires del mánager del Bayern, Uli Hoeness, que comparó al Madrid con «un circo», dada la cantidad de futbolistas estrella en sus filas. Tras lo sucedido en los cuartos de final de la temporada 2001-02, la rivalidad entre ambos creció. El Bayern venció en la ida por 2-1 después de remontar en diez minutos el tanto inicial de Geremi. Desde Alemania se tildó de «cagones» a los jugadores del Madrid y en el choque de vuelta, un estadio Bernabéu enfervorizado, aupó a los suyos para remontar la eliminatoria. Posteriormente, el conjunto blanco terminó por proclamarse campeón de Europa en Glasgow. Además, al Real Madrid le persigue su leyenda negra en Alemania, especialmente el Olímpico de Múnich, donde ha perdido las siete veces que lo ha visitado. En las tres últimas ocasiones, el Madrid cayó por la mínima (2-1). Pese a que Jorge Valdano no quería a los alemanes, el técnico Carlos Queiroz no está disgustado con el resultado del sorteo, consciente de que el Bayern de Múnich obligará aa su plantilla a mentalizarse al cien por cien, lo que probablemente no hubiera sucedido ante un equipo de talla menor.